La Clínica de Defensa de la Deportación (DDC, por sus siglas en inglés) de la Universidad de Hofstra abrió sus puertas hace dos años en respuesta a las duras leyes de inmigración de la Administración Trump y desde entonces brinda servicios directos a personas en peligro de ser deportados.
Actualmente representan 15 casos que están en proceso de corte, algunos de jóvenes acusados de delitos de pandillas, otros de personas que ya han recibido orden de remoción del país, que incluyen a quienes tienen sentencias finales, o individuos que han sido detenidos por Inmigración.
La abogada Emily Torstveit Ngara dirige la Clínica de Defensa de la Deportación y -junto a 20 estudiantes de leyes- representa a las personas en riesgo inminente de deportación, así como también la defensa de la reforma legal y la educación comunitaria en Long Island.
La The Deportation Defense Clinic (DDC) ha representado a clientes de El Salvador, Guatemala, Honduras, Jamaica, Haití, Islas Vírgenes Británicas, Costa de Marfil, Brasil y Perú.
Además de una gama completa de servicios sin costo para individuos y familias, la Clínica colabora con organizaciones comunitarias existentes en proyectos dirigidos a abordar reformas de políticas de inmigración sistémicas.
Los estudiantes trabajan en la redacción de propuestas legislativas, así como en las campañas de concientización y educación de la comunidad, incluido el programa «Conozca sus derechos» que prepara a los inmigrantes si están sujetos a la acción de Inmigración y Control de Aduanas (ICE).
Riesgo en la Corte
“La situación en las cortes de inmigración ha cambiado mucho desde que empezó la Administración Trump. Es un tiempo de grandes retos en cuestión de inmigración”, describió la abogada Torstveit.
Dentro de ello, la abogada insiste en la diferencia que a su experiencia hay entre la ciudad de Nueva York y el área de Long Island. “En mi conocimiento, cuando una persona es arrestada en Long Island, sea inocente o no, si no nació en Estados Unidos, es reportada a Inmigración”, recalcó.
“En los condados de Nassau y Suffolk, cuando una persona está arrestada y va a salir de la cárcel, inmediatamente las autoridades de Inmigración son informadas, muchas veces las personas son arrestadas en el estacionamiento”, insistió Torstveit.
Según la abogada, en la ciudad de Nueva York las autoridades de policía no reportan a Inmigración a personas que no son ciudadanos americanos.
“Yo creo que en Long Island cuando las personas que son víctimas o testigos de un crimen, la policía en ningún momento requiere su estatus legal. Pero la situación es diferente cuando son arrestados, en mi entendimiento todas esas personas, inclusive en las cortes, son reportados a inmigración”, indicó Torstveit.
Y esa situación ha hecho que en los últimos dos años la clínica DDC defienda muchos casos. Su directora recuerda haber perdido dos casos, de dos jóvenes acusados de estar en pandillas, quienes fueron deportados.
“Cuando son acusados de estar en pandillas tenemos que probar que ellos no provienen de pandillas de su país natal y no son peligrosos para la comunidad, lo cual a veces es difícil”, señaló.
De acuerdo a Torstveit, es difícil la situación para muchos inmigrantes que tienen miedo o que no pueden visitar a sus familiares que han sido arrestados porque no tienen un estatus legal.
“Por eso es importante que las personas conozcan sus derechos, especialmente que sepan que hacer ante un arresto o si están ante un agente de Inmigración, siempre es importante antes decir cualquier cosa, pedir hablar con un abogado”, puntualizó.
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