La crisis migratoria en el área de Nueva York, que ha recibido unos 212.000 inmigrantes en dos años, la mayoría latinoamericanos, está derivando en campamentos al aire libre por la ciudad y en un mayor escrutinio policial debido a la «actividad delictiva de un pequeño número» de ellos, describe la Alcaldía.
La urbe, dirigida por el demócrata Eric Adams, tiene estatus de ‘ciudad santuario’ y está obligada a acoger a los recién llegados, pero la administración local, que ha recibido a más de 60.000 de ellos en su sistema, impuso una polémica normativa para desahuciarlos de los refugios tras 30 o 60 días, dependiendo del caso.
Los campamentos responden tanto a esos desahucios como a su propia elección por la inseguridad en los refugios, según medio locales, entre ellos el de Randall’s Island, que acoge a 3.000 inmigrantes en una isla ubicada entre el Alto Manhattan y Queens donde ha habido incidentes violentos y redadas.
Hace tres semanas, hubo cerca del refugio de Randall’s un tiroteo que dejó una mujer fallecida, venezolana, y dos heridos, al que siguió una gran redada en plena ola de calor que fue criticada por grupos activistas, que alegaron que las autoridades añaden leña al fuego del sentimiento xenófobo.
Recientemente, la Policía informó de otra operación en la isla en la que ha confiscado vehículos y ciclomotores -frecuentemente usados en el reparto de comida a domicilio- que no tenían documentación por su posible uso delictivo, según el canal Abc7, y después se dirigió a vendedores ilegales cerca del refugio.
Un dirigente de la Policía neoyorquina (NYPD), John Chell, abogó en X por modificar el estatus de ‘ciudad santuario’ tras una violación a una mujer en una popular playa perpetrada por un inmigrante nicaragüense detenido antes por otra agresión sexual y liberado, que ha causado conmoción.
Chell, en Abc7, dijo también que en el sur de Central Park se están «viendo muchos robos» en grupo y dijo creer que «son jóvenes migrantes los que están cometiendo estos robos», por lo que se han desplegado efectivos para vigilar la zona cuando anochece y también se van a usar drones.
«Las recientes llamadas del alcalde, de las que se ha hecho eco la NYPD, para retirar nuestra leyes de santuario son xenófobas y solo sirven para promover sentimientos antiinmigrante que ya están alimentando la división y enemistad en los cinco distritos», aseguró una ONG de ayuda al inmigrante, Legal Aid Society.
El alcalde, en rueda de prensa, ante la preocupación suscitada por las últimas noticias, incidió en que se trata de «números pequeños de inmigrantes que están en nuestra ciudad y deberían rendir cuentas cuando infrinjan la ley», pero se mostró cauto con el resto.
Respecto a los campamentos improvisados, Adams comentó que no están permitidos en NYC y que se «atajará» el problema, pero especificó que no quiere ser «torpe» ni «insensible»: «Se trata de saber qué recursos se necesitan y verlo con la gente allí para resolver esta crisis humanitaria».
La jefa de personal de Adams, Camille Joseph Varlack, agregó que la administración sigue ofreciendo billetes para los inmigrantes que quieren ir a otro lugar, y detalló que «un 65 % de los 212.000 individuos que han venido a nuestro cuidado han aprovechado eso y dado pasos en su siguiente viaje».
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