El estado de decadencia de la estación de la calle 61 en Woodside, en donde el tren 7 y el Ferrocarril de Long Island entrecruzan, no pasa desapercibida para la gente que depende del tráfico peatonal en el área: los vendedores ambulantes.
Recientemente, un vendedor en la esquina noreste de la Avenida Roosevelt y la calle 61 mostró su desapruebo hacia las partes en mal estado de la estación. Afirmó que no es raro ver objetos caer a la calle.
Una mujer que trabaja en un carrito de comida mexicana debajo de las vías del tren, le dijo a nuestra publicación hermana QNS que le preocupa estar rociándose de la pintura con plomo en su lugar de trabajo durante todo el día.
Existen docenas de carros de halal y tacos a lo largo de la vía del tren así como mercados al aire libre, restaurantes y residencias.
Trabajos de reparación tras accidentes con escombros
Temprano en la mañana del lunes 11 de marzo, los equipos de tránsito de la ciudad de Nueva York y del LIRR, trabajaban para garantizar que las vías estuvieran seguras después de dos incidentes recientes, en los que los escombros caídos causaron daños importantes a los vehículos que pasaban por debajo.
A fines de febrero una viga de madera perforó el parabrisas de un vehículo en el lado este de la estación; y en otro incidente el 6 de marzo, una pieza de metal cayó sobre el techo de otro vehículo.
“Una roca de allá arriba, cayo le pego al carro, un rojito que estaba ahí, estrello todo el vidrio del parabrisas”, dijo Aníbal Bravo, un trabajador de una ferretería localizada en la Avenida Roosevelt y la Calle 61. “Se salieron los señores que estaban adentro, una señora y un señor llamaron a la policía e hicieron el reporte. Empezaron a llegar ‘¿cómo se llaman?’ los de MTA, se subieron a ver, bajaron, y entraron nuevamente a la tienda con el señor y llego la policía”.
Cumpliendo su palabra, la MTA condujo la inspección y un equipo preocupado por las vías elevadas le dijo a QNS que estaban inspeccionando toda la vía. Un equipo del Ferrocarril de Long Island dijo que estaban atendiendo los problemas cronológicamente, mientras cortaban una sección del paso elevado en la Calle 61, que data de 1913.
”En su mayoría es por vejez,” dijo uno de los trabajadores cuando le preguntaron cuál era el problema específico con la estructura de concreto.
Dentro de la estación no se ve mucho mejor con las palomas reinando libremente a través del entrepiso, donde las personas hacen el traslado hasta el LIRR o el bus.
En la zona de espera cerca de la oficina de ventas de boletos de la LIRR hay unas pocas bancas, aunque la gente rara vez se sienta en ellas; allí también se acumula mineral del agua que gotea a través del techo, que también luce retazos de pintura que se asemejan al lodo seco en un desierto.
Esto se puede ver en casi todas la estructura de acero en la estación, y donde no se ve óxido, se puede ver la pintura cambiando de verde a naranja, antes de desprenderse completamente. Un informe publicado por la Unión Internacional de Pintores y Oficios Afines del Distrito 9 a principios de 2017, mostró que la pintura en las vías del No. 7 contenía 224,000 partes por millón de pintura con plomo, más de 40 veces el umbral legal de 5,000 partes por millón; esas astillas de pintura contaminan la calle de abajo.
Un portavoz de la MTA dijo que las vías se caminan dos veces a la semana, y que las inspecciones siguen los dos incidentes más recientes cerca de la estación, con más del 75 por ciento finalizado.
El Concejal Jimmy Van Bramer tomó las redes sociales inmediatamente después de que los vehículos fueron golpeados por la caída de escombros en febrero y marzo, no obstante, el concejal ha estado pidiendo a la MTA que actúe en la estación desde enero de 2017, cuando la escalera mecánica así como la del ascensor quedaron fuera de servicio, dejando a los usuarios con discapacidades físicas sin opciones para acceder a la estación.
“Por algún milagro, nadie ha sido herido físicamente durante estos incidentes”, escribió Van Bramer. “No podemos esperar hasta que alguien muera a causa de nuestro metro deteriorado, antes de tomar medidas para garantizar que la línea del tren 7 sea segura. Exijo que se realice una inspección completa de la estructura del tren 7 de manera expedita y que se coloquen inmediatamente andamios de emergencia, redes u otros equipos de protección. Se deben tomar medidas antes de que ocurra una tragedia”.
Plan de Inversión
El Plan de Inversión 2015-2019 indica que están comprometidos $34.8 millones para diferentes proyectos en la estación durante esos años, en las que incluye una “actualización a la central electrónica”, que también necesita una buena reparación.
Si le preguntan al Gobernador Cuomo o a cualquiera de los principales miembros de la MTA, dirán que el resultado final del deterioro de todo el sistema del metro se reduce al dinero y al procedimiento.
Con el plan Avance Rápido de Byford, para modernizar todo el sistema a un costo máximo de $40 mil millones, el estado se ha vuelto a desesperar por obtener dinero intentando incluir las Tarifas de Congestión en el presupuesto ejecutivo de 2020, hasta abril.
Sin embargo, el peaje a los vehículos que ingresan a Manhattan por debajo de la calle 60 ha resultado impopular para algunos funcionarios electos en Queens que creen que cualquier peaje entre los dos condados hace que Manhattan sea el destino de la élite de la ciudad. Finalmente el alcalde Bill de Blasio cedió a la idea de las Tarifas de Congestión, que podría recaudar hasta $15 mil millones para el próximo plan de inversión de la MTA, y dejar de lado su propuesta de impuestos a millonarios.
Cuomo recientemente ordenó a la MTA que se reestructure para reducir los costos y terminar con la burocracia, y de esa manera aliviar los constantes retrasos que experimentan los pasajeros; así como restaurar el metro para que sea un transporte moderno, digno de una de las redes de transporte público más grandes del mundo.
-Traducción de Raquel Romero
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