Tenemos que dejar de llamar a Nueva York, ciudad santuario.
Una «ciudad santuario» es aquella que pone en práctica políticas para limitar su colaboración con las autoridades federales de inmigración. Por lo general, implica que cuando un residente entra en contacto con la policía, no se le debe preguntar por su estatus migratorio.
No obstante, el término puede llevar a un falso sentido de seguridad, ya que de acuerdo a Tiffany Javier, abogada asociada de inmigración de las Oficinas de Bretz & Coven, esta expresión no pinta una imagen real de lo que está pasando actualmente en Nueva York.
“El problema con las ciudades santuario, es que como las autoridades ya no tienen el poder de ir a la corte o a la cárcel a detener a las personas indocumentadas, ellos lo que están haciendo es detener a cualquier persona que esté en su casa o en el trabajo”, nos reveló Javier.
Según la abogada dominicana, debido a que el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de EE.UU. (ICE), tiene prohibido poner agentes en cárceles y cortes, ahora cuenta con más recursos para procesar y deportar a cualquier persona.
“Esa es la razón por lo que ellos dicen que las ciudades santuario no funcionan”, agregó. “No les importa que estas personas no tengan historial criminal, se tienen que ir. Es muy triste pero eso es con lo que estamos tratando por el último año y medio”.
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La abogada Javier aclaró que durante la administración de Obama había prioridades. “A pesar de la mala reputación de ser una de las administraciones con más deportados, ellos lo hacían en base a prioridades como historial criminal o violaciones migratorias que iban del nivel uno al cinco”, dijo.
“Muchos de nuestros clientes que tenían orden de deportación pero no tenían antecedentes penales, con vínculos familiares como hijos, que estaban trabajando y pagando sus impuestos, estaban catalogados como baja prioridad. Ellos solo tenían que reportarse una vez al año ante las autoridades migratorias como seguimiento”, nos expresó quien también es miembro del American Immigration Lawyers Association (Asociacion Americana de Abogados de Inmigración).
“Bajo la administración de Trump, decidieron deshacerse de las prioridades y dijeron: ahora como no los dejan estar en cárceles por ser una ciudad santuario, vamos sobre esas personas que se reportan una vez al año aunque no se metan en problemas, o no tengan un historial criminal. Esas son las personas que están sufriendo porque ahora les decimos, tienes que empacar e irte”.
Sentimientos encontrados
A pesar de que los defensores de los inmigrantes continúan apoyando a la ciudad de Nueva York como una ciudad santuario, Javier cree que ser una ciudad santuario también puede ser contraproducente. La ola de detenciones de inmigrantes y los llamados “arrestos colaterales” (aquellos indocumentados que no están en la mira de ICE pero que son detenidos por encontrarse en medio de sus operativos), sigue incrementando.
“Tengo sentimientos mezclados sobre esto y sé que voy a provocar controversia, pero veo que los que están sufriendo ahora son aquellos que han estado trabajando por los últimos 20 años, criando a sus familias y tienen negocios y hogares y ahora están siendo atacados”, indicó.
“Al mismo tiempo, si no tenemos ciudades santuario la gente va a tener miedo de reportar crímenes, pagar un ticket, buscar ayuda médica o buscar los servicios que necesitan por el temor de ser arrestados. Es duro. Veo porque necesitamos ciudades santuarios pero también veo a muchos de mis clientes sin historial criminal que están siendo deportados”.
La abogada también explicó que técnicamente Long Island no es parte de la ciudad y no debe ser considerada ciudad santuario.
“Veo la gran necesidad de ciudades santuarios bajo esta administración. Para protegerse hay muchas organizaciones que dan cursos de los derechos que tienen los inmigrantes antes de ir a la corte si tiene que pagar un ticket”, señaló Javier.
“En mi opinión, si deben de tomar el consejo o hablar con un abogado si tienen un temor. Organizaciones como ‘Legal Aid’ o ‘Immigrants Rights Project le pueden aconsejar gratis si no tienen dinero para hablar con un abogado. Todos tenemos derechos sin importar el estatus”, finalizó.