Los huracanes Harvey e Irma mataron a docenas de estadounidenses y causaron decenas de miles de millones de dólares en daños a la propiedad. Pero hay un lado positivo. Las tormentas nos enseñaron valiosas lecciones sobre el mercado de energía de los Estados Unidos.
Necesitamos más refinerías repartidas por todo el país. Harvey diezmó la costa del Golfo, que representa aproximadamente el 55 por ciento de la capacidad total de refinación de los EEUU. S&P Global Platts estima que Harvey cerró temporalmente cinco refinerías y limitó la producción de 10 más.
Las regulaciones federales han hecho que sea más difícil y más costoso construir nuevas refinerías, que son más necesarias que nunca para manejar la expansión de la producción de petróleo y gas natural de la explosión de fracking.
De acuerdo con la Administración de Información de Energía de EEUU, no se construyeron nuevas refinerías entre 1998 y 2014. Y solo cinco se construyeron en los años ochenta y noventa. Por lo tanto, aunque se han construido 5 nuevas refinerías en los últimos tres años, solo 10 se han conectado en los últimos 37 años.
La Costa del Golfo probablemente continuará siendo el principal centro de refinación de EEUU, pero agilizar la construcción de nuevas refinerías, especialmente en otras partes del país, debería ser un objetivo energético estratégico. La administración de Trump debería hacer todo lo posible para eliminar obstáculos y fomentar nuevas construcciones.
La Reserva Estratégica de Petróleo (SPR) no necesita ser tan grande. Esta reserva fue creada en 1975, a raíz del embargo petrolero árabe, para proporcionar un suministro de emergencia de crudo en caso de que se interrumpieran las importaciones estadounidenses. El SPR actualmente posee casi 700 millones de barriles de petróleo crudo.
El auge del fracking ha impedido grandes picos en los precios de la energía. La lección más notable de los huracanes no es cuánto, sino qué tan poco, afectaron los precios de la gasolina. Hubo algunos aumentos de precios temporales. Y unas pocas estaciones de servicio en partes de Texas, en gran medida no afectadas por Harvey, vendieron todo su combustible, pero solo porque el público entró en pánico e inundó las estaciones de servicio. Sin duda los huracanes han sido devastadores, pero demostraron que el sector energético es cada vez más fuerte.