Algo que casi nadie pensó que podría suceder en los Estados Unidos, finalmente ocurrió el 6 de enero. Violentos partidarios del presidente Donald Trump asaltaron y vandalizaron el Capitolio, ubicado en Washington DC, en un intento de golpe de estado parlamentario que al final pudo ser frustrado pero dejó a su paso terror, destrozos, robos y 6 muertos, entre ellos dos policías.
Fue una fatídica jornada para la democracia de los Estados Unidos. Fueron repudiables hechos motivados por la incendiaria retórica del republicano Trump quien arengó a sus «Trumpistas» para irrumpir a la fuerza en el Congreso gritando falsas teorías de conspiración y fraude electoral para evitar la certificación como presidente electo del demócrata Joe Biden. Por suerte no lo lograron.
«La violencia que vimos debe ser condenada por todos los que prestan un juramento de mandato para proteger y defender la Constitución. Intentar un golpe de estado porque tu candidato favorito no ganó la reelección no es patriotismo», dijo Phil Ramos, asambleísta estatal de Nueva York que representa a Long Island, quien condenó enérgicamente el asalto perpetrado por los seguidores de Trump.
«La supuesta gente de ley y orden sintió que estaba bien romper las barreras policiales y entrar al Capitolio por la fuerza. Dicen que apoyan la democracia pero no tuvieron ningún problema para paralizar la sesión del Senado de llevar a cabo el proceso democrático».
«… Más de 60 jueces -incluido el Tribunal Supremo- declararon que no había pruebas de fraude masivo en los votantes. Vergüenza a los que continúan perpetuando la falsa narrativa y que están intentando convertir el patriotismo en ‘Odiotismo'», remarcó Ramos en firme mensaje en sus redes sociales.
Miedo y caos
El congresista demócrata Tom Suozzi (D-Glen Cove) narró las escenas de miedo que vivieron los parlamentarios durante el asalto al Capitolio. Contó que un miembro republicano de la Cámara de Representantes estaba en medio de objetar un artículo sobre la certificación de resultados de las elecciones presidenciales del 2020 cuando de pronto se les dijo que se pusieran ¡máscaras antigás guardadas debajo de sus asientos!.
Luego gases lacrimógenos fueron usados en la Rotonda contra los alborotadores que apoyaban a Trump quienes asaltaban el edificio del Capitolio en la capital del país. El caos se apoderó repentinamente de la Cámara cuando la policía del Congreso bloqueó una puerta y sacó armas de fuego. Suozzi añadió que tanto demócratas como republicanos fueron trasladados a un lugar seguro y no revelado.
«Día muy triste para nuestro país, que ha llegado a esto y que la gente sea tan irresponsable para intentar fomentar este tipo de sentimiento. Sabes, mis colegas del otro lado del pasillo que fomentan estas objeciones han dicho que nunca pensaron que tendría éxito. Sin embargo, continúan pasando por esta farsa».
Que se vaya ya
Aunque quedan pocos días para el fin de su oscuro mandato, el presidente Trump debería renunciar de inmediato por su papel en el asedio al Capitolio por parte de sus propios partidarios, señaló el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo.
Los «Trumpistas» violaron la seguridad alrededor del lugar, rompieron ventanas, saquearon oficinas, se enfrentaron con agentes del orden y obligaron a los miembros de la Cámara y el Senado a permanecer encerrados durante horas.
“[Trump] generó odio, él generó miedo, y eso es lo que vieron en el Capitolio”, dijo Cuomo. Muchos de los invasores, señaló el gobernador, demostraron no solo lealtad a Trump sino también vínculos con el nacionalismo blanco, y algunos vistieron ropa con mensajes neonazis y antisemitas. Cuomo sentenció que Trump debería abandonar la Casa Blanca de inmediato. «El juicio político traerá una gran angustia al país … Pero si no renuncia, creo que el juicio político es apropiado», puntualizó.
Responsable de insurrección
Sumándose al repudio generalizado por la acción violenta de los partidarios de Trump el 6 de enero, la ejecutiva del condado de Nassau declaró, «Durante cientos de años, la transición pacífica del poder ha sido la base de nuestro país. No importa por quién votó, la violencia como la que estamos viendo en Washington nunca debería ser aceptada en una sociedad libre. No se trata de política, se trata de seguridad, libertad y decencia. Presto mi voz en apoyo de las fuerzas del orden que mantienen a todos a salvo».
Por su parte, el ejecutivo del condado de Suffolk, Steve Bellone, manifestó con contundencia, «El presidente [Trump] es directamente responsable de incitar a la insurrección que se produjo en la capital de nuestra nación. Es tan culpable como la turba que atacó el estado de derecho, nuestros principios democráticos y la aplicación de la ley. Por lo tanto, insto a nuestros miembros del Congreso a que apoyen el llamado del Senador Schumer para invocar la Enmienda 25 o comenzar los procedimientos de juicio político de inmediato».
Inhabiliten a Trump
Todas estas reacciones hacia el ataque de los «Trumpistas» al Capitolio realizado el 6 de enero, tienen eco en el repudio de la gran mayoría de los estadounidenses, con un 57 % que opina que el presidente Donald Trump es su máximo responsable, según una encuesta del diario The Washington Post y la cadena de televisión ABC.
El sondeo encontró que el grado de repudio varía según la afiliación política de los encuestados, con un 98 % entre los demócratas, un 80 % entre los republicanos y un 89 % de los votantes independientes. El repudio llega al 98 % entre los latinos, el 94 % entre los afroamericanos y el 87 % entre los blancos en la encuesta realizada el 10 de enero entre 1.002 adultos y que acepta un margen de error de 3,5 puntos porcentuales.
El 62 % de los encuestados opinó que no hay evidencias sólidas de fraude electoral generalizado comparado con el 31 % que cree, todavía, que la derrota electoral de Trump es resultado de ese fraude. El 66 % de los entrevistados cree que Trump actuó de manera irresponsable desde la elección con sus repetidas alegaciones sobre irregularidades en la votación.
El 56 % de los votantes encuestados cree que el Congreso debería destituir a Trump inhabilitándolo como futuro candidato a un cargo de elección popular, en tanto que el 42 % de ellos cree que el Congreso no debería adoptar esa sanción.