Por: Karmina L. Fonseca – elcorreo@qns.com
Para Gladis (nombre ficticio), la vida estos últimos años ha estado llena de amarguras y remordimientos. La madre soltera -quien por razones obvias prefirió guardar el anonimato- durante años ha sufrido las consecuencias relacionadas a un delito menor que cometió hace mucho tiempo … el robo de un cheque en su trabajo.
“El padre de mi hija nos abandonó y he estado criando a mi hija sola desde que nació”, nos confesó la mujer de origen caribeño. “Desafortunadamente, estaba pasando por un momento económico demasiado crítico y en ese momento, no me alcanzaba el dinero, -hasta el punto que no tenía ni para comer ni para mi hija. Fue realmente la necesidad que me llevo a todo eso”.
Personas que por años han sufrido las consecuencias negativas de una condena criminal en su record, finalmente tienen la oportunidad de sellar sus antecedentes penales. Una nueva ley en el estado de Nueva York aprobada hace unos meses, le está dando a miles de personas una segunda oportunidad en la vida.
“Las consecuencias de una convicción criminal en la vida de una persona, va mucho más allá de lo que pasa en la corte. Afecta todos los componentes de la vida profesional y personal”, nos explicó el licenciado Rick Collins, socio fundador de Collins Gann McCloskey& Barry y copresidente del comité que abogó por el sellado de antecedentes penales de la división de justicia penal de la Asociación de Abogados del estado de Nueva York (NY State Bar Association Criminal Justice Section Sealing Committee).
“Las consecuencias colaterales de un delito menor o mayor pueden afectar la habilidad de la persona de conseguir trabajo, conseguir un préstamo, obtener una educación, una hipoteca y muchas otras cosas, así que muchos estados han reconocido que una persona que cometió un error y tuvo una condena criminal hace muchos años, debería tener una segunda oportunidad”.
Hasta hace poco, Nueva York era uno de los pocos estados que no tenía una legislación ‘para una segunda oportunidad’, que ayudará a la gran mayoría de gente que tiene una condena criminal por un delito menor, no violento, en el pasado distante.
“El objetivo de la ley es ofrecer una segunda oportunidad, solo a la gente que lo merece”, prosiguió Collins, quien también fungió como coautor del reporte y recomendaciones del Comité para sellar condicionalmente sentencias de bajo riesgo en Nueva York. “La legislación no le da a todo el mundo una segunda oportunidad. Gente que tiene antecedentes por crímenes violentos, como robo o cualquier tipo de cargo por homicidio, no son elegibles para esta ley. Narcotraficantes a gran escala no son elegibles, así como gente que comete crímenes sexuales”.
Además, de acuerdo a Collins, cualquier persona que es elegible, debe esperar 10 años desde el momento de la condena para demostrar que se han regenerado. Igualmente, cualquiera que tenga un record criminal extendido tampoco es elegible. “Esta ley, es solo para las personas que han cometido uno o dos errores menores”.
“Las consecuencias más difíciles que he enfrentado han sido encontrar empleo”, reveló tristemente Gladis. “Todo el mundo enseguida que digo sobre mi record me pone un estigma y no me dan la oportunidad de explicar lo que pasó o de enseñarles que tan capaz soy para desempeñar el trabajo. Todo esto me estuvo hundiendo en un hoyo donde pensaba que no tenía salida”.
Como ejemplificó Collins, quien tiene su oficina en Long Island, una petición para sellar el record criminal se puede presentar a un juez después de 10 años de la condena. El fiscal del caso entonces tiene derecho a objetarla y señalar porque cree que el record de esta persona no debe ser sellado. Si el fiscal se niega, el juez puede solicitar una audiencia en corte para deliberar si los antecedentes penales pueden ser sellados, o no, después de evaluar la solicitud de la persona. “El punto es, que no es automático, depende del juez”, añadió Collins. “Hay muchas medidas de protección para asegurar que una persona que no merece una segunda oportunidad, no la reciba”.
No obstante, el sellado de un record criminal no queda oculto de los oficiales de inmigración, a la hora de querer comprar un arma, o de la policía si es arrestado nuevamente. Hay límites para el alcance de un sellado. Esta ley es solo para nuevas oportunidades laborales, financieras y educativas.
“Estaba en tanta desesperación cuando llame a la oficina del abogado, que fue un alivio sentir que al menos tenía la esperanza de que se me fuera a dar la oportunidad de reintegrarme a la sociedad sin ningún estigma”, expresó Gladis, quien en estos años se ha preparado arduamente con una licenciatura en psicología y ahora va por su ‘masters’ como trabajadora social. “Me va a devolver la vida como quien dice. Si yo tenía que pagar, ya pague con estos años de sacrificio”.
La oficina del abogado Rick Collins ha estado llenando peticiones a favor de los afectados y sugiere que cualquiera que esté interesado visite www.newyorksealinglaw.com para más información sobre elegibilidad. Asimismo, los interesados también pueden contactar a un abogado, o al abogado que llevó su caso.
Igualmente, existe una forma en línea en www.nycourts.gov/admin/oca.shtml para las personas que quieren llenar la petición directamente.