Los astros del deporte, liderados por el jugador de béisbol puertorriqueño Roberto Clemente, brillaron en una inusual subasta de cartas intercambiables celebrada en una iglesia de Nueva York, y que atrajo a celebridades aficionadas al coleccionismo.
La casa Sotheby’s y la empresa de artículos deportivos Fanatics vendieron una treintena de cartas con el título de «Santos griales», como se conoce a los objetos coleccionables más buscados, que frecuentemente caben en una mano y valen más que un vehículo o incluso que una casa.
La cifra más elevada, aunque no de récord, la cosechó una carta de Roberto Clemente fechada en 1955, un ejemplar de una serie limitada de su temporada ‘rookie’ en los Pittsburgh Pirates: 840.000 dólares.
«Hemos visto en muchas categorías en Sotheby’s, desde zapatillas hasta objetos de recuerdo deportivos, que la nostalgia puede impulsar unos precios increíbles», dijo el jefe de artículos coleccionables modernos de la casa de subastas, Brahm Wachter.
Fue el caso, por ejemplo, de las cartas de la estrella del baloncesto LeBron James, que suscitaron largas peleas de pujas: una se saldó con 576.000 dólares, y otra con 432.000.
Aunque, por delante de ellas, destacó una rareza conocida como la carta «logoman dual», que retrataba a dos grandes como Michael Jordan y Julius Erving, y recaudó 780.000 dólares.
La ‘llamada’ de las cartas fue capaz de reunir un martes por la noche, en una iglesia de Harlem, a célebres devotos del ‘hobby’ coleccionista: famosos deportistas como Tom Brady y Tacko Fall, empresarios deportivos como Robert Kraft y Shahid Khan, el rapero Meek Mill o el ‘influencer’ Logan Paul.
Brady se desprendió de varias cartas de su colección personal -según dijo el encargado de la subasta- y también fue uno de los protagonistas, con una carta de la cumbre de su carrera que generó 480.000 dólares tras una rivalidad encarnizada.
Pero no todo fueron luces en el apartado deportivo: la única carta dedicada a una deportista mujer, Alex Morgan, fue la más barata (13.200 dólares) de la noche, y los precios en general no superaron las expectativas más optimistas.
El listón estaba muy alto, puesto que en el ‘hall de la fama’ de los ‘santos griales’, dominado por cartas de iconos deportivos, la primera es una del pelotero Mickey Mantle que recaudó 12,6 millones de dólares en 2022.
Si hubo una decepción en la venta, fue un grupo de cartas de Pokémon muy codiciadas pero con estimaciones de precio que resultaron ser excesivas, como el ‘Illustrator Pikachu’, una edición rarísima, que aspiraba a entre 500.000 y 650.000 dólares, y logró ‘solo’ 360.000.
Otro Pikachu, apodado el «prototipo alfa» y descrito como «una verdadera pieza de la historia de Pokémon», recaudó 204.000 dólares; un Charizard que aspiraba a medio millón de dólares se quedó en 180.000, y un juego de 15 cartas solo sumó 156.000.
Wachter, el experto de Sotheby’s, destacó las buenas perspectivas de las cartas coleccionables deportivas, una gallina de los huevos de oro que ha incrementado sus precios en los últimos cinco años, y aseguró que habrá más subastas con Fanatics en el futuro.
Preguntado por el motivo de tanto interés, consideró que la publicidad de series como la reciente ‘King of Collectibles’ (Netflix) puede ser uno de los factores, pero «todo lo que necesitas son dos personas realmente interesadas para que un lote despegue», agregó.
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