Antes de los atentados contra las Torres Gemelas, en 2011, Nueva York otorgaba licencias de conducir a indocumentados.
No obstante, después del 9/11, miles perdieran el permiso. Ya que el entonces gobernador George Pataki, impuso presentar el seguro social para sacar o mantener la licencia de conducir.
Después de años de lucha por restituir el beneficio, finalmente se vislumbra la primera “luz verde” en un camino lleno de semáforos en rojo.
Esta semana, el proyecto de ley Green Light NY que otorgaría carnés de conducir a residentes indocumentados fue aprobado en la Asamblea del estado de Nueva York, no obstante, la legislación aún tiene que ser ratificada por el Senado para convertirse en ley… y al parecer, el destino de alrededor de 265,000 neoyorquinos indocumentados que cuelga en la balanza, no es suficiente para accionar a los líderes de esta cámara legislativa.
Aunque el líder adjunto de la mayoría en el Senado, Michael Gianaris, ha dicho que apoya el proyecto, el Senado sigue negándose a llevar la ley a votación. Grupos defensores del inmigrante piden al senador Gianaris que utilice su poder para convencer al Senado del Estado de que se comprometa a aprobar el ‘Acta de Licencias de Conducir y Privacidad’, sin embargo, la cámara legislativa finaliza sesión a mediados de junio, lo que preocupa a los inmigrantes que dependen de un coche para trabajar o desplazarse.
Con o sin esta legislación, los inmigrantes indocumentados están conduciendo… ¿Por qué no asegurar que los conductores tengan licencias de conducir para impulsar la economía mientras se hacen los caminos más seguros?
Doce estados ya permiten que los inmigrantes indocumentados obtengan licencias de conducir, y los estudios demuestran que hacerlo, conduce a una reducción en el número de conductores sin seguro, así como una disminución en los accidentes donde el conductor se da a la fuga.
Las declaraciones vacías y divisivas de los que se oponen no han considerado que garantizar el acceso a las licencias de conducir para todos, independientemente de su estatus migratorio, “es una política pública sólida que hace que las carreteras sean más seguras, se estimule la economía, y se mantengan unidas a las familias”, como bien lo reiteró Ana María Archila, codirectora ejecutiva del Centro para la Democracia Popular, después de dar a conocer el informe “Caminos Seguros”, en un mitin reciente.
Igualmente, según palabras del senador Luis Sepúlveda, otro patrocinador de la legislación, “los inmigrantes indocumentados aportan más de mil millones de dólares al año a la economía del estado. De aprobarse el proyecto, esa cantidad aumentará con la creación de más empleos, mejores salarios y millones de dólares en ingresos locales y estatales”.
Los legisladores tienen la obligación de hacer lo más conveniente para la seguridad pública y garantizar que todos los conductores tengan licencia para conducir en el estado, para asegurar de que cada conductor esté capacitado, certificado, registrado, inspeccionado y asegurado.
Así como muchos candidatos demócratas prometieron apoyar esta legislación durante sus campañas el otoño pasado, lo que llevó a la toma democrática del Senado del Estado de Nueva York, ahora es el momento de demostrar que si son capaces de cumplir lo prometido.
Para que finalmente los miles de inmigrantes que viven en las sombras puedan llevar a sus hijos a la escuela, ir a citas médicas y conducir a sus trabajos sin temor a que una parada de tráfico policial de rutina pueda colocarlos en el camino a la deportación.