A medida que aumenta la presión para retrasar el inicio de las clases presenciales este otoño, más familias están optando por no enviar a sus hijos a las escuelas. Según los datos del Departamento de Educación (DOE) publicados el lunes, el 37% de los estudiantes hispanos optaron por el aprendizaje completamente a distancia.
La portavoz del DOE, Katie O’Hanlon expresó en un comunicado que nada puede reemplazar la instrucción en persona y los muchos apoyos, incluidos los beneficios sociales, emocionales y de salud, que los estudiantes reciben en el aula.
La Dra. Idalia Cruz, Pediatra y siquiatra Infantil de Interborough de Williamsburg, estuvo de acuerdo.
“Yo estoy con la Academia de Pediatría que piensa que los niños deben de volver a la escuela, aunque sea dos días para mantener una conexión”, dijo la Dra. Cruz. “Para que un niño se desarrolle emocionalmente y socialmente, tiene que establecer relaciones con otros niños de su edad. Entonces se pierde eso. También se pierden actividades extracurriculares como deportes después de la escuela”.
La doctora especialista en evaluaciones psiquiátricas en niños y adolescentes agregó que esa pérdida puede causar depresión y aislamiento, especialmente en preescolares. “Muchos de ellos están desarrollando un problema de separación y ansiedad de los padres. También pueden tener un desorden como fobia de volver a la escuela”, señaló. Asimismo, expone que los adolescentes han estado desafiantes, “la mayoría de los adolescentes que he visto quieren regresar a la escuela, se sienten muy aislados”.
No obstante, la Dra. Cruz entiende que una gran parte de la comunidad hispana no quiere enviar a los niños a la escuela por miedo a un posible contagio con el coronavirus, especialmente en familias multi-generacionales, donde los abuelos viven en el mismo hogar.
“Para los que no piensan mandar a sus niños a la escuela, yo les digo que en estos niños, su cuerpo es un cuerpo en crecimiento, en desarrollo, y necesitan actividad física y tomar un poco de sol”, recalcó. “Necesitan crear un plan de ejercicio donde todos los días salen a caminar con los niños o llevarlos a un parque; que no esté lleno de gente, pero que los niños puedan ejercitar su cuerpo y distraerse también”.
Igualmente, la Dra. Cruz añadió que los padres tienen que llevar a los niños a los exámenes físicos y a las vacunas, y “estar bien alertas a los niños a los problemas de tristeza, de pesadillas y de aislamiento”.
“Tenemos que ensenarles también precauciones, distanciamiento social, lo que significa y porque se hace. Explicarles”, apuntó.
Apoyo psicológico familiar
La doctora también alerta sobre estar en lugares pequeños o apretados, porque puede causar conflicto familiar. “Cuando los padres están muy tensos y frustrados, también aumenta el riesgo de que pueda haber maltrato en los niños”, dijo.
En estos casos se recomienda que los padres busquen apoyo psicológico familiar.
“Nosotros tratamos de ayudar a los padres a manejar su propia ansiedad porque los niños sienten también lo que los padres sienten”, indicó Orly Bentata Goldenberg, consejera registrada en salud mental y directora asistente en el Interborough Development and Consultation Center (IDCC) de Williamsburg, Brooklyn, parte de la Oficina de Salud Mental de Nueva York. “También enseñarles a los padres como hablar de este tema a los niños de una manera que los haga sentir seguros y con confianza de que los padres están allí para ellos”.
El IDCC cuenta con cinco localidades en todo Brooklyn, y ofrece servicios de salud mental para adultos, adultos mayores y niños, específicamente pequeños experimentando ansiedad, hiperactividad o depresión a causa de la pandemia.
“Pueden llamar a la oficina al teléfono 718-388-5176 donde tenemos personas que hablan español”, dijo Bentata Goldenberg. “Les tomamos la información para asignarles un terapista y darles una cita. Debido a la pandemia, las entrevistas iniciales son solo por teléfono, pero si después el paciente quiere venir a la clínica, se les da la opción de hacer la terapia en persona con las debidas precauciones”.
De acuerdo a la consejera registrada, el servicio es para todos los neoyorquinos y el acceso es a través de seguros como Medicaid o Medicare. Los pacientes que no tienen seguro, se les ofrecen honorarios preferenciales, basado en lo que los pacientes pueden pagar.
“Si alguien necesita ayuda y no tiene seguro médico o no tienen con qué pagarlo, nunca les vamos a dar la espalda”, aseguró Bentata Goldenberg.
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