Un grupo de manifestantes derrumbó hoy una estatua en honor a los soldados confederados en Durham (Carolina del Norte) durante una protesta contraria a los símbolos de la Confederación.
Los manifestantes ataron una soga al cuello de la estatua y la derrumbaron. Una vez en el suelo, la patearon.
La protesta estaba convocada inicialmente para reclamar el retiro de esa misma estatua y de todos los símbolos confederados que quedan en Carolina del Norte «para que no maten a más gente inocente».
Los organizadores se referían así a los sucesos de este sábado en Charlottesville (Virginia), en los que un joven supremacista blanco, James Fields, mató a una mujer al embestir con su vehículo una manifestación antirracista.
Esa manifestación de Charlottesville rechazaba la presencia en la ciudad de grupos de ultraderecha que protestaban por la decisión del alcalde local de retirar otra estatua de un general confederado.
La estatua de Durham, ciudad de unos 260.000 habitantes, estaba situada desde 1924 en los jardines de los antiguos juzgados.
El debate sobre las estatuas y símbolos confederados estalló en Estados Unidos después de que Dylann Roof, un joven supremacista fascinado por la Confederación, asesinara en junio de 2015 a nueve feligreses de una iglesia negra en Carolina del Sur.
Las autoridades empezaron entonces a retirar algunas de las estatuas y símbolos de la Confederación que abundan en los estados sureños. Se calcula que todavía quedan cerca de 1.500 en pie.
La Confederación fue un país que agrupó a once estados del sur que se separaron de Estados Unidos entre 1861 y 1865, en defensa de un modelo económico basado en la esclavitud y contrario al que defendían los estados del norte.
La Confederación se enfrentó a la Unión (estados norteños) durante la Guerra de Secesión (1861-1865), que causó más de 600.000 muertos.