Reynaldo López-Alvarado, también conocido como “Mente”, miembro de la camarilla de Brentwood Locos Salvatruchas de la MS-13, una organización criminal transnacional, se declaró culpable de cargos de extorsión en relación con su participación en el asesinato de César Rivera-Vásquez, crimen perpetrado el 19 de noviembre de 2015, de un intento de asesinato ocurrido el 9 de abril de 2013 en Bay Shore, y de conspiración para cometer obstrucción de la justicia.
El procedimiento se llevó a cabo ante el juez magistrado estadounidense Steven I. Locke, en una corte federal en Central Islip. Cuando sea sentenciado, López-Alvarado, de 30 años de edad, se enfrenta a la cadena perpetua en prisión.
«En un deseo retorcido de mejorar su estatus dentro de la pandilla MS-13 y sin ninguna consideración por la vida humana, el acusado admitió haber participado en crímenes extremadamente violentos, incluido el asesinato y un tiroteo», declaró Breon Peace, Fiscal Federal para el Distrito Este de Nueva York.
«López-Alvarado enfrenta consecuencias muy graves por sus acciones sin sentido que espero sean de algún alivio para la comunidad, incluidos los familiares y amigos de sus víctimas. Esta Oficina, junto con el Grupo de Trabajo contra Pandillas de Long Island, está trabajando incansablemente para llevar ante la justicia a los pandilleros de la MS-13 por los estragos que han causado en Long Island», apuntó.
En el anuncio de la declaración de culpabilidad de López-Alvarado, residente de Brentwood, también participaron Michael J. Driscoll, subdirector a Cargo de la Oficina Federal de Investigaciones, Oficina de Campo de Nueva York (FBI), y Rodney K. Harrison, el comisionado de Policía del condado de Suffolk (SCPD).
Según documentos judiciales y las declaraciones recogidas, López-Alvarado participó en el intento de asesinato de un hombre el 9 de abril de 2013 en Benton Place, en Bay Shore.
López-Alvarado, quien era un nuevo miembro de la MS-13 en ese momento, y otro «marero» salieron a buscar matar a un pandillero rival para que López-Alvarado obtuviera un estatus completo en la pandilla.
Cuando observaron a un grupo de hombres que asumieron eran integrantes de la pandilla callejera rival Bloods, López-Alvarado y su cómplice recuperaron una pistola calibre .25 y una escopeta calibre 20, regresaron a Benton Place y se acercaron a los hombres y abrieron fuego.
Una víctima resultó herida y posteriormente fue transportada a un hospital local, donde recibió tratamiento y sobrevivió a este tiroteo.
Aproximadamente un mes después de eso, López-Alvarado conspiró para obstruir la justicia ayudando a sus compañeros pandilleros después de que cometieron dos asesinatos.
Específicamente, el 28 de mayo de 2013, López-Alvarado acudió en ayuda de sus copinches, quienes acababan de disparar y matar a Kennan Russell, en una fiesta en una casa de Central Islip, cuando la minivan que habían robado y posteriormente utilizada no solo en el asesinato de Russell, sino también el asesinato del 26 de mayo de 2013 de Derrick Mayes, se quedó sin gasolina y se descompuso.
Además de ayudar a sus compañeros pandilleros a conseguir gasolina y esconder las armas de fuego utilizadas en el asesinato de Russell, López-Alvarado y otros miembros de la MS-13, que se habían enterado de que la minivan había estado vinculada a los asesinatos, por lo que acordaron destruirla.
Luego López-Alvarado, junto a otros «mareros», limpiaron la minivan para eliminar cualquier huella digital, la llevaron a un área boscosa en Ronkonkoma, la rociaron con gasolina y le prendieron fuego.
Degollaron a hispano
Además, López-Alvarado admitió durante su declaración haber participado en el asesinato de Rivera-Vásquez el 19 de noviembre de 2015 en Babylon.
Rivera-Vásquez fue asesinado por López-Alvarado y otros pandilleros porque sospechaban que pertenecía a una pandilla mexicana rival, Raza Loca.
La noche del asesinato, López-Alvarado y sus cómplices vieron a Rivera-Vásquez en una tienda de delicatessen ubicada cerca de la estación de tren del Long Island Railroad en Babylon.
López-Alvarado y los otros miembros de la MS-13 convencieron a la víctima de que se fuera con ellos a fumar marihuana y lo llevaron a un área aislada detrás de un campo de béisbol cercano.
Los pandilleros, que estaban armados con cuchillos y un bate de béisbol, le dijeron a la víctima que se quitara la camisa para poder observar un tatuaje que creían que significaba la pertenencia de Rivera-Vásquez a la pandilla rival.
Después de observar el tatuaje, López-Alvarado y los otros «mareros» atacaron a Rivera-Vásquez, lo golpearon con el bate y lo apuñalaron repetidamente con cuchillos antes de que uno de los cómplices le cortara el cuello a la víctima. Luego, los pandilleros enterraron el cuerpo de Rivera-Vásquez cerca de un gran montículo de tierra. El cuerpo fue descubierto en abril de 2018.