Even Krief, es pediatra y fundadora de la entidad Long Island Inclusive Against Hate, el Dr. Harold Fernández, es cardiólogo cirujano y autor del libro “Indocumentado”, ambos en algún momento de sus vidas fueron separados de sus padres, hecho que los motivó a unirse en Long Island a la protesta que hicieron médicos a nivel nacional por la separación de los niños de sus padres en la frontera.
“Son familias que vienen motivadas por situaciones difíciles en sus países, víctimas de violencia, pobreza y muchas veces vienen con hambre y al llegar a la frontera las madres son arrestadas y los niños se tienen que ir con un desconocido”, dijo el Dr. Steve Golstein, presidente del Chapter 2 de la Academia Americana de Pediatría que cubre Brooklyn y Queens.
De acuerdo al Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) 1995 niños fueron separados de sus padres entre el 19 de abril y el 31 de mayo. Aunque el presidente Donald Trump ha declarado que es una ley de los demócratas, ha sido su administración la que está aplicando está política de “cero tolerancia” de separar familias.
“Estos niños no hablan inglés y no entienden lo que está pasando. Ellos necesitan ser protegidos, no perseguidos”, recalcó el Dr. Golstein, uno de los protagonistas de esta protesta en Huntington a la que varios médicos se unieron para demostrar su rechazo a estas acciones.
Su propia experiencia
Por su parte, la Dra. Even Krief, presidenta de la Academia de Pediatría de Long Island, recuerda en estos niños su propia infancia, cuando a la edad de 5 años – por el holocausto – fue separada de sus padres para siempre en Francia.
“Lo que está pasando es cruel e inhumano. Yo sé lo que se siente ser separado de los padres”, destacó la Dra. Krief, quien además insiste en la necesidad de unir voces y esfuerzos para proteger a estos niños y exigir un trato humano para ellos.
Sentimiento al que se une el Dr. Harold Fernández al describir el sufrimiento que vivieron él y su hermano cuando sus padres tuvieron que dejarlos al cuidado de sus abuelas en Medellín, Colombia, para venir a Estados Unidos a buscar un mejor provenir.
“Para mi mamá fue sumamente doloroso estar sin nosotros, y aunque finalmente cuando tenía 13 años, después de un largo viaje en barco pudimos reunirnos con ellos nuevamente, sé el dolor con el que creces si no están tus padres al lado”, resaltó el Dr. Fernández.
Familias merecen unión
A la protesta promovida por la entidad “Familias Unidas, no Divididas” a nivel nacional, se unieron varias entidades comunitarias en Long Island, médicos, lideres comunitarios y residentes en general que condenan este doloroso suceso por el que un niño debe pasar.
“Yo no puedo estar sin mis hijos ni un día, no me imagino el dolor de estas madres. Es lo más inhumano que he visto en 25 años de vivir en este país”, dijo Sonia Robles, una madre de familia que participó de la protesta.
Anteriormente, los agentes fronterizos podían mantener a las familias unidas enviándolas a un mismo centro de detenciones. Pero de acuerdo al DHS ahora los padres son sometidos a un proceso judicial en un tribunal federal hasta que el juez dé la orden de deportación y sus hijos son transferidos a albergues.
“El separar a los menores de sus padres ocasiona una situación de estrés en los menores que con el tiempo puede traer serias consecuencias a la salud de estos niños”, puntualizó el Dr. Goldstain.
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