En noviembre de 2020, cuando el COVID-19 arrasaba agresivamente con comunidades latinas en Estados Unidos y el mundo, Melissa Figueroa veía con preocupación el impacto de la pandemia en su adorada villa de Hempstead, en el condado Nassau, en Long Island.
Bastó solo una llamada para aceptar unirse a la campaña de uno de los candidatos a la alcaldía de esta pequeña villa ubicada a unos 20 minutos de Manhattan. Su sí rotundo llegó cuando se enteró de que este candidato podría convertirse en el primer alcalde hispano de una comunidad que hoy alberga a casi 60 mil personas, de las cuales el 50% es de origen latino.
Figueroa, nacida en Nueva York, de familia puertorriqueña, creció justamente en esta zona de Long Island, afectada por una eterna segregación que divide a blancos, afroamericanos y latinos con autopistas que guardan detalles de días aún más complicados en la época de Robert Moses.
«Yo crecí en Hempstead y mis padres tenían hasta tres trabajos», cuenta Figueroa. «Ellos trabajaban mucho para podernos ofrecer a mi hermano y a mi una educación privada de calidad porque, incluso, aún hoy en día, desafortunadamente el distrito escolar de Hempstead sigue teniendo un bajo rendimiento».
Por eso al momento de convertirse en la jefa de campaña del excandidato a la alcaldía de la villa de Hempstead, Herb Flores, Figueroa dice que sintió un llamado a la acción.
La perfecta opción para continuar el trabajo que ya viene realizando desde hace varias décadas y que la llevó a ser parte esencial de una legislación con la que se logró instalar una veeduría estatal a este distrito escolar. Todo durante su trabajo con la asambleísta Taylor Darling, representante del distrito 18, con quien laboró durante dos años.
«Esto es algo que me llena de mucho orgullo porque siendo parte de esta comunidad conozco directamente esas necesidades de niños y niñas de origen latino que necesitan una educación de calidad», apunta Figueroa. «Una educación como la que me ofrecieron mis padres, para salir adelante y construir una mejor sociedad, un mejor futuro para ellos».
Y es justamente cuando se habla de temas educativos que la pasión envuelve cada palabra de Figueroa. Palabras que se quebrantan por la fuerza y convicción con la que argumenta la importancia de una «educación digna» para miles de estudiantes que hacen parte de este distrito escolar, y a quienes, pese a no ganar las elecciones de la alcaldía, mantiene en su lista de trabajo como los número 1.
Representación importa
Si la batalla por una «educación digna», mueve sus fibras, la pelea por una representación política latina mueve su corazón. Debido a que creció en una familia muy activa religiosa y políticamente, Figueroa es una voluntaria comunitaria de ‘armas tomar’.
Un legado heredado de cada momento compartido junto a su padre, Luis Figueroa Sr., exvicealcalde de la villa de Hempstead, y su madre, Evelyn Figueroa.
«Aunque ahora no estoy en la legislatura, sigo mi trabajo como líder comunitaria y activista por representación de latinos en Long Island», destaca Figueroa.
«Mas aún ahora que sabemos que los números han incrementado y que los latinos, según el último censo, somos casi un 20% de la población aquí».
Esta lucha la hizo ganadora del premio «Líder Comunitaria» durante la Gala del Mes de la Herencia Hispana realizada el pasado 17 de septiembre en el Teatro de Patchogue, organizada por el Consejo de Liderazgo Latino de Long Island.
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