La Liga Nacional de Fútbol Americano (NFL) sigue su lucha permanente contra el coronavirus y la última novedad establecida en su política de seguridad de salud se establece que los jugadores y miembros del staff de los equipos que tengan síntomas del COVID-19, aunque las pruebas sean negativas, deben mantenerse aislados.
El máximo responsable médico de la NFL, el doctor Allen Sills, fue el encargado de informar la nueva disposición a través de una videoconferencia.
Como resultado es probable que se presente un aumento en ausencias en entrenamientos y quizá en partidos mientras que los grupos médicos de los equipos determinan la fuente de los síntomas, que pueden venir de la llegada de la nueva temporada de la «gripe».
«Siempre vamos a cometer errores del lado de la seguridad y vamos a apoyar a el juicio médico del grupo de doctores (de los equipos)», declaró Sills. «Todos tenemos el mismo objetivo, que es otro que operar de la forma más segura posible».
Sills fue categórico al reiterar que «cuando se ve el panorama completo, nuestra meta es asegurarnos que no pondremos a alguien en el campo que consideremos que está activamente infectado. Si vamos a cometer ese error, preferimos cometerlo siendo cautelosos y manteniendo a la gente fuera del campo».
Cabe indicar que el receptor abierto Odell Beckham Jr., de los Cleveland Browns, llegó el jueves a las instalaciones del equipo, pero fue enviado de regreso a casa por enfermedad, aunque Sills no habló de esa situación en específico.
Tampoco hay un periodo específico para guiar el regreso de aquellas personas a quienes se les pida aislarse bajo esta política. En lugar de ello, Sills indicó que se juzgará «caso por caso» al someterse a pruebas para detección de otras enfermedades como la «gripe» y otros virus respiratorios.
La NFL ha sometido diariamente a pruebas a empleados de Nivel 1 y Nivel 2 por COVID-19.