El líder republicano del Senado, Mitch McConnell, dijo hoy que «no hay neonazis buenos», después de que el presidente, Donald Trump, afirmara este martes que entre los supremacistas blancos que marcharon el sábado en Charlottesville (Virginia) había «gente buena».
McConnell, que en las últimas semanas ha recibido duras críticas de Trump, tardó más de 17 horas en reaccionar a sus polémicas declaraciones del martes, en las que el presidente dijo que la culpa de lo ocurrido en Charlottesville era tanto de los supremacistas blancos como de los manifestantes de izquierda.
«No podemos tener ninguna tolerancia con una ideología de odio racial. No hay neonazis buenos, y aquellos que comparten sus ideas no apoyan los ideales y libertades estadounidenses. Todos tenemos una responsabilidad de denunciar el odio y la violencia, allá donde alce su malvada cabeza», afirmó McConnell en un comunicado.
El senador, que no mencionó a Trump, reaccionó además a la noticia de que varios grupos supremacistas blancos están planeando una marcha en Lexington, Kentucky, el estado al que él representa, para protestar por los planes de retirar dos monumentos al bando favorable a la esclavitud en la guerra civil del país (1861-1865).
«Los supremacistas blancos, (miembros del Ku Klux Klan) KKK, y grupos neonazis que llevaron el odio y la violencia a Charlottesville están planeando ahora una marcha en Lexington. Sus mensajes de odio e intolerancia no son bienvenidos en Kentucky y no deberían ser bienvenidos en ningún lugar de Estados Unidos», indicó.
Poco antes de que difundirse la reacción de McConnell, una fuente de su oficina señaló a la cadena CNN que el senador estaba «molesto» con las declaraciones del martes de Trump, pero le preocupaba que criticarle generara una posible «represalia» del mandatario.
Trump está frustrado con McConnell por el fracaso del intento republicano para reemplazar la reforma sanitaria promulgada por el expresidente Barack Obama, y la semana pasada responsabilizó directamente al senador de la incapacidad del partido para aprobar una nueva ley de salud en el Senado.
La reacción de McConnell se suma a la de otros influyentes legisladores republicanos, como el presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, o los senadores John McCain y Marco Rubio.
A ellos se unió hoy también el senador republicano Lindsay Graham, quien advirtió a Trump de que sus palabras «están dividiendo a los estadounidenses», y rechazó la «equivalencia moral» que el mandatario estableció entre los supremacistas blancos y los contramanifestantes.
«Muchos republicanos no están de acuerdo con esto, y lucharán contra la idea de que el partido de Lincoln tiene puesta la alfombra de bienvenida para los David Dukes del mundo», afirmó Graham en referencia al exlíder del KKK, que este martes alabó a Trump por haber condenado a los «terroristas de izquierda».
Un neonazi fue detenido por matar el pasado sábado a una mujer al arrollar con su vehículo a un grupo de manifestantes antifascistas que protestaban contra la marcha de supremacistas en Charlottesville.