Los fiscales generales de Nueva York, Nueva Jersey, Connecticut y Maryland demandaron al Gobierno de Estados Unidos por considerar que la ley de reforma fiscal que aprobó el año pasado es «inconstitucional» y diseñada para «dañar» a sus estados.
En un comunicado conjunto, el gobernador y la fiscal general de Nueva York, Andrew Cuomo y Barbara Underwood, respectivamente, atribuyeron esa ley federal a un proceso «partidista y precipitado», y señalaron que limita a 10.000 dólares las deducciones de los impuestos estatal local.
«La demanda argumenta que ese nuevo límite (…) fue dictado para atacar a Nueva York y otros estados en similar situación; que interfiere con sus derechos a tomar sus propias decisiones fiscales y que dañará desproporcionadamente a los contribuyentes» que residen en ellos.
De acuerdo a un análisis del Departamento de Impuestos y Finanzas de Nueva York, ese límite sobre las deducciones incrementará los impuestos federales en ese estado en 14.300 millones de dólares solo en 2018, y entre 2019 y 2025 la cifra se eleva a 121.000 millones.
Presentada en un tribunal neoyorquino, la demanda argumenta que la ley federal se salta precedentes que sientan límites constitucionales sobre la habilidad del Gobierno para usar su poder impositivo e interferir con la soberanía de los estados.
El «drástico recorte» de la deducción «tiene el propósito y el efecto de perjudicar» a los cuatro estados y sus contribuyentes, sostiene el comunicado, porque «deprimirá el precio de las viviendas, el gasto y las ventas comerciales».
Los fiscales apuntan a que los legisladores «hablaron abiertamente de coaccionar a estados como Nueva York para que cambien sus opciones de políticas sociales», y citan en la demanda al secretario del Tesoro, Steve Mnuchin, que habló de «enviar un mensaje» para que cambien sus políticas impositivas y fiscales.