Un nuevo estudio, contrario a otros con conclusiones opuestas, encontró que el transporte público no desempeñó un papel significativo en la propagación de COVID-19; reiterando que tomar el tren o autobús para ir a trabajar, es perfectamente seguro cuando se toman las precauciones adecuadas.
Comisionado por la Asociación Estadounidense de Transporte Público y llevado a cabo por Sam Schwartz Consulting, el estudio examinó el comportamiento del virus, los pasajeros del transporte público, y las tasas de infección en múltiples ciudades de Estados Unidos. También inspeccionó qué medidas funcionan para mitigar la propagación, concluyendo que no existe ningún vínculo entre el uso de trenes o autobuses y la contratación de COVID-19.
«Sé que muchas personas dudan en tomar un tren o autobús debido al temor de contraer COVID-19, pero los virólogos, epidemiólogos, expertos en salud pública, y rastreadores de contactos que han visto el transporte público como una fuente de infección, no han encontrado vínculos», dijo Schwartz, ex-comisionado de tráfico de la ciudad de Nueva York. «La desinformación hasta la fecha, en gran parte por personas que no son científicos, ha sido espantosa y está causando más conducción vehicular que, en sí mismo, plantea impactos a la salud por accidentes, contaminación, enfermedades derivadas de la inactividad, cambio climático acelerado, así como los costos económicos de la congestión vehicular paralizante».
Basado en 150 millones de viajes en el transporte de la ciudad de Nueva York entre el 1 de junio y el 18 de agosto, la tasa de infección en los cinco condados disminuyó del 3,3% al 1%, una disminución de hasta el 70% a pesar del aumento del número de pasajeros de la MTA. La MTA fue duramente golpeada al principio de la pandemia por el paro de pasajeros, con más del 90% de reducción en usuarios, golpeando duramente las finanzas de la agencia.
Los líderes de la agencia desde entonces han tratado de convencer al público de que no hay correlación entre el transporte público y la velocidad con la que COVID-19 tomó a la ciudad, llegando a alcanzar hasta un 25% de tasa de infección entre los neoyorquinos, que prefirieron las bicicletas o los coches como transporte. En abril, un profesor del MIT publicó un artículo afirmando que el transporte masivo en la ciudad de Nueva York fue la razón principal de la gravedad de la proliferación de COVID-19, considerando que los cinco distritos cuentan con el sistema de transporte público más grande de América del Norte.
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— ElCorreoNY (@CorreoNy) October 2, 2020
Las conclusiones del documento fueron ampliamente rechazadas por los líderes de tránsito, incluido el presidente de la MTA, Pat Foye, quien calificó el estudio defectuoso, omitiendo otros factores como bares y restaurantes.
Schwartz, un experto en transporte, también afirmó que mientras que las agencias de tránsito en San Francisco, Salt Lake City, Columbus y Austin han reportado números constantes, el número de casos en estas ciudades continúa en una trayectoria ascendente.
Una explicación para la propagación relativamente baja del COVID-19 entre los pasajeros del transporte público, podría ser el hecho de que la mayoría de los pasajeros cumplen con los mandatos de usar una máscara, así como a sistemas de flujo de aire mejorados en trenes y autobuses que superan a los que se encuentran en los edificios. Las puertas también se abren y cierran con frecuencia.
Y aunque algunos pasajeros pueden no tener que pasar largos períodos de tiempo en trenes o autobuses, se mencionó otro factor que puede ser particularmente pertinente para los neoyorquinos: las personas en el transporte público suelen ocuparse de sus propios asuntos. Hablar entre los pasajeros no es una práctica común.
-Traducción de Faith Marnecheck
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