La ola de frío extremo que azota la región del medio-oeste de Estados Unidos, con temperaturas más gélidas que las del Polo Sur o Alaska, ha paralizado las principales ciudades de esta región y dejado un saldo provisional de seis muertes relacionadas con la tormenta.
Las bajas temperaturas, que alcanzaron los 34 grados Fahrenheit bajo cero (-37 grados centígrados) en Bemidji, en el estado de Minesota, se vieron agravadas por un viento que llevaba la sensación térmica a los 45 bajo cero (50 grados centígrados) en la vecina ciudad de Duluth, según el Servicio Meteorológico Nacional.
Como comparación, en Anchorage (Alaska), la temperatura mínima prevista para hoy es de 6 grados Fahrenheit bajo cero (-21), mientras que en la estación científica estadounidense Amundsen-Scott, situada muy cerca del Polo Sur geográfico, la mínima es de -10 grados Fahrenheit (-23).
Estas condiciones meteorológicas dejaron las calles prácticamente vacías al obligar a la mayoría de las personas a permanecer en sus casas para protegerse del peligro de congelación inmediata.
Un hombre de 70 años apareció congelado en Detroit, según informó la policía de esa ciudad de Michigan, donde se registró una sensación térmica que rondó la veintena de grados Fahrenheit bajo cero (unos 30 centígrados).
Las autoridades también achacan al mal tiempo la muerte de tres personas en accidentes de tráfico en esta región del medio-oeste del país.
En Chicago, que se teme pueda ser el epicentro de esta tormenta, la mayoría de las empresas decidieron no abrir sus puertas y recomendaron a sus empleados no trabajar, por lo que muy pocos se aventuraron a desafiar el frío de -22 Fahrenheit (-30 grados centígrados), con una sensación térmica de -50 Fahrenheit (-45 centígrados).
Las escuelas públicas no abrieron y también estarán cerradas mañana, y no hay actividad en las universidades e instituciones públicas.
Inclusive el Servicio de Correos suspendió la entrega y recolección de correspondencia en los cinco estados del medio-oeste, imposibilitado de cumplir con su promesa de que «ni la nieve, la lluvia, el calor o la penumbra de la noche» le impedirían realizar sus rondas.
Prácticamente no hay gente caminando por las calles de Chicago, la tercera ciudad más populosa de Estados Unidos, con 2,7 millones de habitantes, y los automóviles son pocos y menos los autobuses de transporte público que circulan.
La compañía nacional de trenes Amtrak suspendió sus servicios a partir de Chicago y para evitar el riesgo de descarrilamientos se encendieron hogueras en algunos puntos para calentar las vías.
La actividad también es reducida en los aeropuertos O’Hare y Midway de Chicago, donde a las 12 pm ET de hoy se habían cancelado cerca de 1.800 vuelos.
No se pronostica un alivio del frío por lo menos hasta el sábado, por lo que los gobernadores de Illinois, Wisconsin y Michigan declararon emergencias para hacer frente a los riesgos para la salud pública que imponen las bajas temperaturas en toda la región.
En ciudades como Detroit, Minneapolis y Milwaukee, grupos de caridad operan lugares para calentarse y refugios para desamparados que extendieron sus horarios de funcionamiento y aumentaron su capacidad.