Por: Andres Pazmino
El 5 de noviembre trajo muchas novedades. Para unos, las novedades fueron fatales y para otros, son una oportunidad. De cualquier manera, estas darán mucho de qué hablar por los siguientes cuatro años.
De acuerdo con el 98% de los votos contados, los resultados no oficiales de la Junta Electoral de la ciudad (Board of Elections) indican que Kamala Harris obtuvo un 68% en la ciudad de Nueva York, marcando el desempeño más bajo de un candidato presidencial demócrata desde 1988.
Por su lado, Donald Trump tuvo su mejor desempeño desde que se postuló por primera vez para presidente en el 2016, cuando solo obtuvo un 17% de votos en la ciudad de Nueva York. Ahora en el 2024, obtuvo un 30% – el mejor desempeño de un candidato republicano desde George W. Bush.
En la ciudad de Nueva York, lo notable es la cantidad de personas que han votado por el partido republicano. Donald Trump mantuvo su posición con votantes blancos de clase trabajadora, y adiciona su alcance a más grupos de inmigrantes de origen hispano americano y asiático. Esto indica que Trump ha expandido su base de votantes a grupos que tradicionalmente han votado demócrata.
Por ejemplo, en un distrito electoral ubicado en barrios con población mayoritariamente latina como Corona y Queens, Trump obtuvo 315 votos por encima de Harris que obtuvo solo 242.
Este resultado no es único, en otro distrito electoral de Jackson Heights, Trump ganó 294, Harris ganó solo 280 votos. En Flushing, con población mayoritariamente china y coreana, uno de los distritos electorales Trump ganó 381 mientras que Harris obtuvo 333 votos.
El apoyo a Trump en este momento es complejo; su mensaje sobre los altos precios de los alimentos, la inflación, el crimen y la inmigración masiva – sea cierto o no – resonó con muchos votantes, a pesar de esto muchas personas no votaron. Harris recibió menos votos que Biden.
Es difícil asegurar que ese apoyo sea duradero para el partido republicano. Todavía tenemos que esperar el impacto de las políticas que Donald Trump impulsará como presidente.
Lo que sí es cierto es que, hoy por hoy, Trump ha logrado expandir la base del partido republicano, no sólo por el mensaje que promovió de manera efectiva, sino también porque su victoria representa un rechazo al legado de la administración Biden y a la falta de liderazgo demócrata.
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