Un miembro de la pandilla MS-13 fue condenado en Nueva York a cumplir un mínimo de 32 años en prisión y máximo de cadena perpetua por cargos relacionados con cuatro asesinatos cometidos entre el 2016 y 2017, por los que se había confesado culpable.
Raúl Ponce, alias «Sombra» («Sombra» ), de 23 años, se declaró culpable el pasado 30 de noviembre de los asesinatos de Bryan Steven Cho Lemus y Julio César Espantzay Gonzáles y por los cargos de intento de homicidio involuntario de Nelson Rodríguez y Osmin Campos Sandoval, informó la fiscalía del condado de Nassau, en Long Island.
«Trabajando en conjunto con una red de coacusados y compañeros pandilleros, Raúl Ponce formó parte de una ola de violencia sin precedentes en el condado de Nassau, matando una y otra vez en nombre de la MS-13», indicó en un comunicado la fiscal Anne T. Donnelly.
«Hemos hecho grandes avances contra la MS-13 en los últimos años, pero siguen siendo una pandilla activa y violenta en Long Island», destacó la fiscal sobre la sentencia del joven «asesino en serie».
Donnelly dijo que Ponce y otros pandilleros atrajeron a dos de sus víctimas a la Reserva Massapequa, donde un paseador de perros encontró el cuerpo de Julio César Espantzay-Gonzales, de 19 años.
La policía de Nassau realizó varios registros de alto perfil en la reserva. En una de sus búsquedas, se encontró el cuerpo de Bryan Lemus, de 18 años. Ambas víctimas fueron atraídas y asesinadas con un machete.
Donnelly calificó los asesinatos como «sin sentido». Ponce se unirá a sus cómplices en la cárcel que fueron sentenciados en 2019 a 50 años de prisión.
Donnelly señala que hay otro sospechoso que ha huido del país. Ella dice que está trabajando con las autoridades federales para que esa persona regrese aquí.
La MS-13, también conocida como la Mara Salvatrucha, ha operado por décadas en Long Island, donde se le han atribuido una larga lista de asesinatos, en su mayoría de jóvenes latinos, muertos con machetes, el arma preferida de los «mareros». Algunos de los jóvenes no tenían vínculos con la pandilla, de la que habían preferido mantenerse alejados.
En octubre del 2012 el gobierno de Estados Unidos incluyó a este grupo en la lista de organizaciones criminales internacionales y fue la primera pandilla en recibir esa denominación por su implicación en actividades peligrosas que incluyen tráfico de drogas, secuestros, asesinatos, tráfico de personas, prostitución, extorsión o crimen organizado.
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