Las llamadas telefónicas a través de sistemas automatizados («robocalls») con contenido racista se han intensificado en las últimas semanas y organizaciones proinmigrantes pidieron la intervención del Departamento de Justicia para investigarlas como «crimen de odio».
Las organizaciones a favor de los derechos de los inmigrantes se refieren en concreto al grupo de Idaho Road to Power (Camino al poder), que por medio de llamadas telefónicas robotizadas difunden mensajes racistas y llamados al exterminio de los latinos.
Incluso, se cree que algunos integrantes del grupo han utilizado las redes sociales para amenazar de muerte a Rob Tibbetts, padre de Mollie Tibbetts, la estudiante de 20 años cuyo cuerpo sin vida fue hallado en una zona rural de Iowa y por cuyo asesinato ha sido acusado el mexicano Christian Bahena Rivera.
«Amenazaron a Rob porque se atrevió a defender a la comunidad hispana durante el funeral de su hija Mollie», declaró Joe Henríquez Henry, director en el Medio Oeste de la Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos (LULAC), quien también afirma haber recibido amenazas.
En el funeral, Tibbetts dijo ante unas 1.000 personas que los hispanos son ciudadanos de Iowa como cualquier otro, «con los mismos valores», y llamó a no prejuzgar al acusado del asesinato de su hija, quien está encarcelado con una fianza de un millón y medio de dólares.
Asimismo, poco después de que a raíz de la muerte de la joven el presidente Donald Trump calificara de «desgracia» las leyes migratorias, Tibbetts pidió en una columna de opinión en el diario Des Moines Register «no apropiarse del alma de Mollie para avanzar puntos de vista que ella creía que eran profundamente racistas».
En los últimos días, cientos de vecinos de la capital de Iowa, Des Moines, recibieron una llamada robótica de un minuto y medio de duración en la que se acusaba a Bahena Rivera de ser un «invasor de México» y un «híbrido biológico de ancestros blancos y salvajes».
En la llamada se exhorta a «aniquilar» a los 58 millones de latinos que viven en el país y a «refundar a América» solo con blancos.
«Tenemos que detener a esta gente, y enviar un fuerte mensaje de que el odio no será tolerado», dijo Henry, quien ve en el llamado a la aniquilación de los hispanos la base de una potencial demanda judicial contra el grupo de Idaho y contra su responsable, Scott D. Rhodes.
El Southern Poverty Law Center (SPLC), que ha llevado a la corte a la organización de supremacistas blancos Ku Klux Klan (KKK), informó que ha constatado un incremento de llamadas robóticas en todo el país, las cuales son «una nueva marca de odio, distribuida mediante alta tecnología».
Según la Liga Antidifamación Judía, los supremacistas de Idaho han estado detrás de varias llamadas en las que pide a votantes de California el apoyo a candidatos antisemitas al Congreso.
En Florida, el demócrata afroamericano Andrew Gillum, candidato a la Gobernación del estado, fue objeto reciente de comentarios racistas a través de llamadas pagadas por Road to Power.
«No les gusta la gente de otro color, que habla otros idiomas o que tiene acento», señaló la directora del grupo Nueva Mayoría, Andrea Mercado, quien resaltó que el candidato, la gran sorpresa en las pasadas primarias demócratas en Florida, «tiene propuestas concretas para mejorar la calidad de vida para todos en vez de dividirnos con odio y racismo».
El grupo de ideología neonazi ha sido vinculado a campañas racistas realizadas en Charlottesville (Virginia) y Oregón. «Que yo recuerde, en más de 60 años nunca tuvimos este tipo de odio», dijo Henry.
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