Tras el fallecimiento de la icónica artista latina Chita Rivera, artistas y activistas lanzan una petición para que un teatro de Broadway lleve su nombre, destacando así su legado y contribuciones al mundo del espectáculo.
El mundo del teatro y el entretenimiento se viste de luto tras la partida de la legendaria Chita Rivera, quien murió el pasado 30 de enero a los 91 años en Nueva York, un ícono de Broadway que marcó una era con su talento y carisma. Sin embargo, su legado no se desvanece ya que diversos artistas y activistas han unido fuerzas para inmortalizar su nombre en uno de los teatros más emblemáticos de Nueva York.
Eric Ulloa, reconocido por participar en «On Your Feet!», busca con esta iniciativa honrar la memoria de Chita Rivera mediante el nombramiento de un teatro de Broadway con su nombre. A través de una campaña en redes sociales con el #ChitaRiveraTheater y una petición en línea.
Numerosas artistas y personalidades, se han unido para reconocer a la artista y a la comunidad latina, incluyendo a ganadores del Oscar como Ariana DeBose, así como a destacados músicos y actores latinos como Alex Lacamoire, Bianca Del Rio y Justina Machado.
Varios teatros de Broadway han sido renombrados en honor a artistas afroamericanos, durante la pandemia, sin embargo, la representación latina carece de de este aspecto, en un momento en el que la industria del entretenimiento se compromete a promover la diversidad y la inclusión.
Es cuando esta iniciativa cobra especial relevancia, en tal sentido Ulloa declaro ante otros medios «Chita Rivera no solo definió el arte de Broadway, sino que también fue una figura inspiradora para la comunidad latina en el mundo del espectáculo. Mantener su nombre vivo en uno de los templos del teatro de Broadway no solo preserva su legado, sino que también abre las puertas a nuevas generaciones de artistas latinos».
Rivera fue una pionera que desafió barreras raciales y culturales, destacándose como una de las pocas artistas latinas en una industria dominada por intérpretes blancos.
Chita Rivera tiene siete décadas de trayectoria y éxitos en los escenarios de Broadway, dos premios Tony y una distinguida carrera que incluye numerosos reconocimientos, se ha destacado en roles icónicos como Anita en «West Side Story», Velma Kelly en «Chicago» y Aurora en «Kiss of the Spider Woman».
El legado de Chita Rivera
La estrella, cuyo nombre real era Dolores Conchita Figueroa del Rivero, vio la luz en Washington D.C. en 1933. Desde temprana edad, su innato talento para el baile y la actuación la condujo a la prestigiosa Escuela de Ballet dirigida por George Balanchine. A los 16 años, incursionó en Broadway en busca de pequeños papeles como bailarina, inicialmente bajo el nombre de Chita O’Hara para ocultar su herencia étnica. Sin embargo, pronto abrazó con orgullo sus raíces puertorriqueñas y se presentó al mundo como Chita Rivera.
Su interpretación como Anita en «West Side Story» (Amor sin barreras) en 1957 fue su boleto a la fama y le valió su primera nominación al Tony, marcando el inicio de una carrera estelar. A lo largo de los años, Rivera acumuló diez nominaciones y dos victorias en los premios Tony, consolidándose como una de las mayores estrellas de su generación en los escenarios de Broadway. Su influencia trascendió el escenario, allanando el camino para otros talentos de ascendencia puertorriqueña, como el aclamado actor, compositor y dramaturgo Lin-Manuel Miranda.
«No sabría qué hacer si no estuviera bailando, contando una historia o cantando una canción», expresó Rivera en una entrevista con la agencia Associated Press, destacando su profundo amor por el teatro y su dedicación al arte. Este compromiso la llevó a recibir en 2009 la Medalla Presidencial de la Libertad de manos del presidente Barack Obama, el más alto honor que los Estados Unidos otorgan a un civil.
Chita Rivera dejó una huella imborrable en el mundo del espectáculo, su legado podría perdurar por generaciones en uno de los teatros más emblemáticos de Broadway, recordándonos que su espíritu y talento siguen vivos en cada nota, cada paso de baile y cada historia que se cuenta en el escenario. por: Nahuel Leto
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