Por: Isaac Cohen
El presidente Donald Trump está deshaciendo con una mano lo que ha logrado hacer con la otra. La economía de Estados Unidos cerró 2018 y comenzó 2019 con cifras sólidas.
Gracias en gran medida a la rebaja de impuestos aprobada en 2017, el crecimiento económico en 2018 superó el 3 por ciento, el desempleo en 3.6 por ciento llegó al nivel más bajo en medio siglo y la inflación permaneció debajo del objetivo de 2 por ciento fijado por el banco central.
No obstante, a pesar de esas cifras vigorosas, la confianza se ve sacudida cada vez que se imponen aranceles (impuestos), alegando “razones de seguridad,” contra las importaciones provenientes de amigos y adversarios.
Los mercados tiemblan y las ganancias desaparecen, como sucedió al final del año pasado cuando los mercados cayeron como resultado de la confrontación con China.
Lo mismo sucedió el mes pasado cuando el Índice Industrial Dow Jones perdió 6.5 por ciento, la caída más prolongada en 8 años.
La semana pasada le tocó el turno a México, otra vez.
Por razones de seguridad, el presidente Trump amenazó con imponerle crecientes aranceles (impuestos) contra las importaciones provenientes de México, porque supuestamente el vecino no está haciendo lo necesario para contener las “hordas” de centroamericanos que están poniendo en peligro la seguridad en la frontera sur.
Como resultado, los inversionistas huyeron de la bolsa de valores y buscaron refugio en los bonos del Tesoro, lo cual fortaleció el dólar y lesionó a los exportadores.
Por ende, una mano está borrando lo que la otra ha logrado.
* Analista y consultor internacional, ex-Director de la Oficina de la CEPAL en Washington. Comentarista de economía y finanzas de CNN en Español TV y radio, UNIVISION, TELEMUNDO y otros medios.
