El nuevo presidente, Joe Biden, publicó su plan de respuesta al COVID-19 ante la ausencia de uno de la Administración de su antecesor, Donald Trump, y que incluye 10 decretos y la implicación del Pentágono.
El plan publicado por el equipo de Biden, de 23 páginas, amplía las iniciativas adelantadas hasta ahora y detalla las medidas diseñadas para combatir la pandemia y ayudar a la recuperación del país, el más golpeado del mundo por el coronavirus, con 24,4 millones de casos confirmados y 406.196 muertes.
Según la cadena de televisión CNN, a su llegada a la Casa Blanca la Administración Biden se ha encontrado con que Trump no había elaborado ningún plan de distribución de vacunas contra el COVID-19, con lo que tienen que hacerlo desde cero.
El plan de Biden pretende acelerar el ritmo de vacunación de los estadounidenses contra el virus proporcionando más fondos a las administraciones estatales y locales y estatales, creando más puntos de vacunación y una campaña nacional de educación para restaurar la confianza de los estadounidenses.
«La Estrategia Nacional proporciona una hoja de ruta para guiar a Estados Unidos a salir de la peor crisis de salud pública en un siglo», dice el plan.
Reabrir escuelas, negocios y viajes
El gobierno de Biden también tiene previsto recurrir a la Ley de Producción de Defensa, una legislación adoptada en 1950 en respuesta a la Guerra de Corea y que le permite movilizar al sector industrial para cuestiones de seguridad nacional, con la fabricación de máscaras, respiradores y otros equipos contra la pandemia.
El plan del presidente incide en el aumento de la realización de pruebas para detectar el coronavirus, algo a lo que Trump se mostraba reacio por considerar que sólo hacía aumentar las estadísticas negativas de incidencia de la enfermedad.
También se enfoca en reabrir escuelas, negocios y viajes de manera segura, así como en frenar la propagación del virus, que actualmente ocasiona unos 3.000 muertes diarias en el país, con récords de hasta 4.000 en algunos de los últimos días.
Se espera que Biden amplíe los detalles de estas medidas «agresivas e inmediatas» para contener la crisis del COVID-19, después de haber anunciado poco después de su toma de posesión del cargo, este miércoles, la obligatoriedad del uso de mascarillas en áreas federales y lanzar el reto de emplear esta prenda durante 100 días, el mismo tiempo que se ha dado para lograr la vacunación de más de 100 millones de estadounidenses.
Con esta iniciativa, Biden busca desvincularse de la gestión de Trump, que convirtió el uso de la mascarilla en motivo de polémica y de declaración política.
Biden también garantizó la continuidad de estados Unidos en la Organización Mundial de la Salud, tras el anuncio de Trump de retirase, con lo que espera «fortalecer» los esfuerzos nacionales para controlar la pandemia, según sus portavoces.
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