Tras recibir la autorización para uso de emergencia, de parte de la Agencia de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA), la vacuna de dosis única anti COVID-19 desarrollada por la farmacéutica Johnson & Johnson, ya está distribuyéndose en Nueva York y Estados Unidos, justo cuando su cumple el primer año de la pandemia en el país.
La aprobación emitida el sábado era inminente después de que un comité asesor de vacunas de la FDA respaldase la autorización de emergencia del fármaco de J&J contra el coronavirus.
Según se reporta este lunes, casi 4 millones de dosis de esta vacuna más nueva se enviaron el domingo por la noche y comenzaron a repartirse a los estados para aplicar las inyecciones a la población partir del martes 2 de marzo.
La Casa Blanca dijo que todas las reservas de la vacuna monodosis de J&J se enviarán de inmediato. La farmacéutica entregará alrededor de 16 millones de dosis más para fines de marzo y 100 millones en total para fines de junio, pero la distribución se recargará.
Aunque la nueva inyección es más fácil de administrar y solo requiere 1 dosis, la Administración Biden no altera sus planes de inmunizar a la mayor cantidad de gente.
La Casa Blanca alienta a los estadounidenses a tomar la primera dosis disponible, independientemente del fabricante.
«Esta es una fascinante noticia para todos los estadounidenses, y un alentador avance en nuestros esfuerzos para poner fin a esta crisis», dijo recientemente el presidente estadounidense, Joe Biden, en un comunicado divulgado por la Casa Blanca. Biden, no obstante, advirtió de que «esta lucha todavía no ha concluido.
«Aunque celebremos la noticia de hoy, pido a todos los estadounidenses: sigan lavando las manos, sigan manteniendo la distancia social, y continúen llevando mascarillas (…) Cuenten con mantener esta batalla en los próximos meses», remarcó el mandatario.
Cbe indicar que Estados Unidos, el país más golpeado del mundo por la pandemia, registra ya más de 28,5 millones de casos y más de 510.000 fallecidos, según el último recuento independiente de la Universidad Johns Hopkins.
Aunque en las últimas jornadas la media diaria de nuevos casos ha descendido notablemente, hasta situarse por debajo de los 70.000 diarios, frente a los cerca de 300.000 de comienzos de año, las autoridades siguen advirtiendo del peligro existente, especialmente debido a la aparición de nuevas cepas.
«Ahora no es el momento de relajar las restricciones. Aunque hemos visto grandes reducciones en los casos y las admisiones hospitalarias en las pasadas 6 semanas, estos declives se producen después del mayor pico que hayamos registrado en la pandemia», señaló Rochelle Walensky, directora de los Centros para la Prevención y Control de Enfermedades (CDC, en inglés), en rueda de prensa.
Efectividad del 86 %
Según el comité asesor sobre vacunas de la FDA, la vacuna de Johnson & Johnson es segura y lo suficientemente efectiva contra el virus SARS-CoV-2 entre los mayores de 18 años.
Las pruebas con la vacuna de J&J han mostrado una efectividad contra el coronavirus del 66 %, por debajo del 94-95 % de las vacunas ya existentes, pero con una capacidad del 86 % para esquivar los casos graves de la enfermedad, hospitalizaciones y muertes, lo que podría ser suficiente para proteger a la población.
La vacuna de J&J se suma así a las de Pfizer/BioNTech y Moderna, que están siendo administradas desde finales de diciembre en EE.UU. y que han servido para inmunizar a personal sanitario, de emergencias y personas mayores y ahora comienza lentamente a estar disponible para el resto de la población.
La inclusión de la primera vacuna monodosis debería contribuir a acelerar la campaña de vacunación al no requerir de una segunda dosis a las tres semanas, como ocurre con las inyecciones de Pfizer y Moderna, aunque Johnson & Johnson ha apuntado que baraja posibles recordatorios anuales.
La vacuna de J&J no requiere las extremas bajas temperaturas en el almacenaje como en el caso de Pfizer y Moderna, ya que no está basada en ARN mensajero, como sus predecesoras, sino en instrucciones codificadas en una cadena de ADN transmitida a la célula en un adenovirus, una técnica menos expuesta a deterioro.
Por esta razón, puede ser conservada hasta 3 meses entre temperaturas de 2 a 8 grados centígrados, algo que reduciría la complejidad de la cadena de suministro y escenas como las vividas en algunos puntos del país, donde se distribuyeron vacunas de emergencia entre la población tras surgir problemas con los congeladores.
Estados Unidos ha administrado desde finales de diciembre, cuando se autorizó la primera de las vacunas, más de 68 millones de dosis, con lo que algo más de uno de cada cinco estadounidenses ya han sido inmunizados con la primera a las dos dosis requeridas.
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