Un ecologista de Atlantic Beach que pidió a Long Island que promulgara un sistema de alerta de tiburones hace una década expresó su alivio de que los funcionarios locales finalmente actuaran de acuerdo con su idea años después.
Morris Kramer, que ha estado luchando para proteger las vías fluviales de Long Island durante más de medio siglo, le dijo a la prensa en 2011 que «lo que falta y se necesita con tanta urgencia es un sistema gubernamental inmediato para la concientización y advertencias de tiburones», pero los funcionarios locales de aquel tiempo habían descartado la idea.
Sin embargo, después de que al menos un niño fuera mordido por un tiburón en el oleaje de Fire Island en 2018, un salvavidas del Parque Estatal Jones Beach dijera que fue mordido por un tiburón este verano, y el aumento de avistamientos de escualos que provocó una serie de cierres de playas en las recientes temporadas veraniegas, los funcionarios de Long Island cambiaron de tono.
«Solo quería que la gente echara un vistazo … y no fingiera que no está sucediendo», dijo a la prensa Morris, quien culpa al aumento de la temperatura del mar por la mayor presencia de tiburones en las aguas locales.
«El agua se calienta continuamente, no hay forma de detenerla, así que tenemos que adaptarnos. Solo va a empeorar», indica.
La mordedura de tiburón de Fire Island fue la primera en Long Island desde 1948, una de las siete en el estado de Nueva York desde 1670, ninguna de ellas fatal.
El mes pasado, el condado de Nassau citó un número récord de 26 avistamientos de tiburones cuando instituyó un sistema de advertencia de bandera en Nickerson Beach para alertar a los bañistas cuando se ha visto un escualo cerca a la costa.
La ejecutiva del condado de Nassau, Laura Curran, alentó a otros municipios con playas a adoptar sistemas de advertencia de banderas similares para prevenir sobre presencia de los escualos.
Los funcionarios del condado de Suffolk y el East End también anunciaron avistamientos de tiburones que provocaron el cierre de playas el mes pasado.
Varias agencias de policía habían estado observando escualos a través de barcos, helicópteros y drones para alertar a los salvavidas y proteger a los nadadores.
El ecologista Kramer se alegró de escuchar los nuevos esfuerzos, pero se entristeció de que varias personas fueran mordidas para que se promulgara esta medida.
«No me sentí bien con eso, eso es seguro», dijo. “Pero me alegro de que [ellos] hayan hecho esto. Quizás algunas de las personas … le presten atención. Pienso que es una idea genial. Solo tenemos que tratar de mantener a la gente consciente de que esto puede suceder».
– Esta historia apareció primero en LongIslandPress.com
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