La misma semana en que se celebró en Estados Unidos el Día de Martin Luther King, miles de personas contrarias a los mandatos de vacunas y de llevar mascarillas en el país emularon al defensor de los derechos de los negros con una gran manifestación para reclamar «libertad médica».
Provenientes de todos los rincones de la nación y arengados por las voces más destacadas del mundo antivacunas en EE.UU. (incluido Robert F. Kennedy Jr., sobrino del presidente John F. Kennedy e hijo del senador Robert Kennedy), los manifestantes se citaron el domingo en el céntrico National Mall de Washington DC.
Desde el memorial de George Washington marcharon a lado y lado de la piscina reflectante hasta llegar al monumento a Abraham Lincoln, donde tuvieron lugar los parlamentos de los organizadores, muchos de ellos doctores.
Entre los manifestantes, tanto jóvenes como mayores y llegados de puntos tan lejanos a Washington como Arizona o Texas, las referencias y citas a King también fueron habituales, como por ejemplo en un cartel en que se leía una cita del histórico activista: «La injusticia en cualquier parte es una amenaza para la justicia en todas partes».
«Por supuesto que el reverendo King se habría opuesto a los mandatos. Los mandatos son fascismo y créeme, al reverendo King no le gustaba nada de nada el fascismo», dijo una mujer que portaba el cartel, que pidió ser identificada únicamente por su nombre de pila, Anne.
Al margen de las referencias a King, entre los símbolos que portaban los manifestantes destacaban las apelaciones constantes a la libertad, especialmente a la «libertad médica», las peticiones a no experimentar con humanos y mensajes de corte más directamente política como banderas de apoyo a Donald Trump o contrarias al presidente Joe Biden.
«Yo no soy antivacunas. Yo lo que soy es antimandatos. Lo que yo digo es que cada uno debe poder elegir lo que quiere: vacunarse o no; llevar mascarilla o no», declaró Nadia Zoltan, una mujer mayor con el pelo ya grisáceo que se desplazó desde Pensilvania junto a su marido y a sus dos hermanas.
«Que te echen de tu trabajo por no vacunarte es una tiranía, eso no tiene otro nombre. Y Estados Unidos no puede ser una tiranía», zanjó Zoltan.
Entre los asistentes se respiraba un cierto aire de victoria por las recientes decisiones judiciales contrarias a los mandatos de vacunación de Biden, como la del Tribunal Supremo del pasado 13 de enero que dejó sin efecto la obligación de vacunarse o de presentar semanalmente resultados negativos de tests de Covid-19 a los empleados de todas las compañías que tengan 100 trabajadores o más.
Más recientemente, el pasado viernes un juez federal de Texas bloqueó otra orden de Biden que obligaba a los empleados del Gobierno federal a vacunarse.
«Paso a paso hasta la victoria final», respondió con una sonrisa al ser preguntado sobre esta cuestión Janer Kadin, un vecino de la cercana Maryland que acudió a la manifestación con una bandera en que podía leerse «Let’s Go Brandon», un eslogan que se ha popularizado entre la derecha estadounidense para insultar al presidente Biden.
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