El béisbol puertorriqueño y latinoamericano, de la mano del joven manejador Alex Cora, escribió otra página histórica dentro de las Grandes Ligas después de guiar a los Medias Rojas de Boston a la Serie Mundial de la MLB tras eliminar en la de Campeonato de la Liga Americana a los Astros de Houston, que defendían el título de campeones.
Cora, que la pasada temporada estuvo con los Astros como entrenador reserva, en el logró de llevarse el primer título de la Serie Mundial, esta vez volvió de nuevo al «Clásico de Otoño», pero por separado y con la franquicia de Boston, que desde el principio le dieron todo su apoyo.
Si estar en la Serie Mundial como primer piloto boricua que lo consigue en la historia de las Grandes Ligas era ya todo un logró y un honor en la trayectoria profesional de Cora, hacerlo en el mismo día que cumplió 43 años, el acontecimiento fue aún más apoteósico y merecedor de una celebración especial con champán y el tradicional «Happy Birthday» que le cantaron todos los jugadores.
No era para menos tanta celebración después que los Medias Rojas vencían a domicilio por 1-4 a los Astros y en el quinto partido de la serie que definían también por 4-1 al mejor de siete juegos.
Los Medias Rojas llegaban por primera vez a la Serie Mundial desde el 2013 cuando ganaron el título y lo hacían de la mano de Cora, que ha protagonizado una temporada «única» y cargada de grandes emociones.
Cora acordó un contrato para dirigir a los Medias Rojas durante «Clásico de Otoño» el año pasado, cuando era entrenador de la banca en un equipo de los Astros que terminaría adjudicándose el primer título en la historia de la organización.
Luego ya al frente de los Medias Rojas los guió a una marca de todos los tiempos con 108 victorias en la temporada regular y superar en la Serie Divisional a los New York Yankees (3-1) y luego a los Astros, que también superaron las 100 victorias en la competición de liga.
«Cuando termine la temporada, me sentaré a reflexionar sobre lo que ha ocurrido», comentó Cora. «De lo que estoy seguro es de que hay mucha gente (en Puerto Rico) orgullosos de mí».
Pero también dentro de la familia de los Medias Rojas, incluidos los jugadores, que lo consideran antes que su manejador, a un verdadero compañero y amigo.
«Todo lo que vivo, me hace setir orgulloso», admitió Cora, un nativo de Caguas. «Uno no piensa en los logros hasta que te preguntan y entonces muchas cosas vienen a la mente, especial de la alegría que generas a todos los miembros de la familia que están en Puerto Rico y de saber que vamos a estar en el escenario de la Serie Mundial».
Cora tomó las riendas de un equipo de Boston que venía de ganar el Este de la Liga Americana en campañas consecutivas, pero que había sido eliminado en la primera ronda ambas veces, en el 2016 a manos de los Indios y el año pasado por los Astros.
Los Medias Rojas del 2018 hilaron tres títulos divisionales por primera vez en la historia de la franquicia.
Con la excepción de la adición como agente libre del toletero de origen cubano J.D. Martínez, quien pegó cuadrangular solitario en el Juego 5 y coqueteó con una Triple Corona de bateo en su primera campaña en Boston, el equipo que disputará la venidera Serie Mundial es casi idéntico al de los últimos dos años, pero con la gran diferencia de tener a Cora al frente del mismo.
Lo que hizo que el tercera base dominicano Rafael Devers se olvidase de la frustración que fue la temporada regular y haya surgido con un octubre excepcional y ganador con 7 imparables en 20 turnos al bate, incluido cuadrangular, y siete carreras producidas en ocho partidos de playoffs que ha disputado.
Devers, un nativo de la localidad de Sánchez, que cumplirá 22 años, la próxima semana (24 de octubre), impresionó en el 2017, su campaña de novato, al lograr promedio de .284 con 10 bambinazos y 30 remolcadas en 58 juegos.
Pero este año, el quisqueyano tuvo promedio de apenas .240 a la vez que se enfrentó con lesiones en el hombro izquierdo y la pantorrilla izquierda que lo limitaron a 121 partidos. Problemas con la defensa también le costaron tiempo de juego a principios de los playoffs, pero todo ha quedado atrás y superado.
«Fue una temporada difícil, pero ya eso pasó», admitió Devers. «Hay que vivir el momento y estos no los vive todo el mundo. Es algo importante en la carrera de un pelotero, llegar a una Serie Mundial. Ya la temporada (regular) pasó. Ahora vamos a ponernos positivos para ganar el campeonato».
Devers, que el año pasado pegó dos jonrones en la serie divisional ante los Astros, es el quinto jugador en la historia que logra tres cuadrangulares o más en juegos de postemporada ante de cumplir los 22 años, para unirse al legendario Mickey Mantle, Bryce Harper, el venezolano Miguel Cabrera y el curazoleño Andruw Jones.
«Desde que regresó de su (asignación de rehabilitación) ha podido calmar el juego», explicó Cora. «Ha hecho un trabajo increíble. Jugó muy buena defensa hoy. Los turnos han sido de calidad y estamos sumamente contentos con él al igual que con el arubeño Xander Bogaerts».
