El caos estalló el domingo por la noche afuera de un hotel de Midtown cuando la ciudad intentó transferir inmigrantes a Brooklyn, y las masas amontonadas se negaron a ir.
El Watson Hotel cerró sus puertas y se negó a permitir que los solicitantes de asilo regresaran a las instalaciones el 29 de enero. Los exresidentes golpearon la puerta del albergue y presionaron sus rostros contra el vidrio, gritando «¡Abrir!» mientras los guardias de seguridad y el personal observaban desde adentro.
“Tengo frío, estoy cansado, necesito agua”, gritó un migrante en español. Esa llamada, entre otras, quedó sin respuesta el domingo por la noche.
Fuentes de la ciudad descartaron, sin embargo, que los disturbios fueron provocados por organizaciones que buscaban socavar sus esfuerzos aprovechando los temores de los migrantes, quienes afirmaron sin evidencia que las instalaciones de Brooklyn a donde se llevaban a los migrantes: la Terminal de Cruceros de Brooklyn, era similar a un centro de detención de ICE.
La escena se desarrolló después de que la ciudad intentara transferir a hombres solteros del Hotel Watson a la Terminal de cruceros de Brooklyn a medida que más recién llegados continúan estableciéndose en la Gran Manzana. Preocupados por las condiciones en su nuevo destino, muchos inmigrantes se negaron a abordar los autobuses con destino a un Brooklyn incierto, lo que provocó un enfrentamiento.
Cuando la rebelión comenzó a cargar contra el hotel, se llamó a los oficiales de policía de Nueva York en un intento de sofocar el caos.
Cuando los autobuses de la MTA se detuvieron para llevarse a los que estaban dispuestos a abordar, el vehículo fue embestido por migrantes que intentaban advertir a sus compañeros solicitantes de asilo que no viajaran.
Reacción en cadena
Esto desencadenó una reacción en cadena en la que los policías rodearon el autobús, haciendo retroceder a los que agitaban frenéticamente para que no subieran. El desorden y la confusión impregnaron la escena mientras los cuerpos se empujaban unos contra otros en un espectáculo fuera de control.
“La organización sin fines de lucro que administra el hotel Watson violó la ley del derecho a la vivienda cuando envió un aviso obligatorio a los migrantes en el que se ven obligados a desalojar el hotel Watson y ser trasladados al centro de detención de Red Hook”, Yhaaira, voluntaria de ayuda mutua. dijo a amNewYork Metro, recostada contra una pared con lágrimas goteando de sus ojos. “Estoy muy agotada, muy emocionada porque creo firmemente en una ciudad santuario y constantemente veo al alcalde yendo en contra de todo el establecimiento, todas las creencias de las ciudades santuario”.
El secretario de Prensa de la Alcaldía, Fabien Levy, emitió un comunicado en el que dijo que la Terminal de Cruceros de Brooklyn brindará los mismos servicios que el hotel y reiteró la necesidad de ayuda del gobierno federal.
“Este fin de semana, comenzamos el proceso de trasladar a hombres adultos solteros del hotel Watson a la terminal de cruceros de Brooklyn, mientras hacemos la transición del hotel para atender a la gran cantidad de familias con niños que buscan asilo. Más de 42,000 solicitantes de asilo han llegado a la ciudad de Nueva York desde la primavera pasada y continuamos superando nuestras obligaciones morales al brindar a los solicitantes de asilo refugio, alimentos, atención médica, educación y una serie de otros servicios”, dijo Levy. “Las instalaciones de la Terminal de Cruceros de Brooklyn brindarán los mismos servicios que cualquier otro centro de ayuda humanitaria en la ciudad, y las reubicaciones programadas a la Terminal de Cruceros de Brooklyn este fin de semana se llevaron a cabo según lo planeado. Seguimos necesitando seriamente el apoyo de nuestros gobiernos estatal y federal”.
Nueva York o Canadá
Después de varias horas, se podía ver a numerosos inmigrantes corriendo por la calle cargando su equipaje. Cuando amNewYork Metro preguntó a dónde se dirigían, varios solicitantes de asilo explicaron que el personal del hotel les había dado boletos de autobús al norte del estado hacia Plattsburgh, donde esperaban llegar de alguna manera a Canadá.
Las emociones se dispararon cuando amigos se abrazaban y separaban con algunos optando por arriesgarse hacia Canadá, mientras que otros decidían esperar.
A medida que avanzaba la noche, los migrantes restantes terminaron durmiendo en las calles frente al hotel Watson.
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