Residentes de Long Island se reunieron en la oficina del Legislador Sam Gonzalez para manifestarse en contra de los ataques de odio y racismo, que comprometieron la vida de más de 30 personas en un tiroteo en El Paso, Texas, y Dayton, Ohio, el pasado 4 de agosto.
Padres e hijos de todas las edades, caminaron unos cuantos bloques antes de la vigilia del 7 de agosto, alzando carteles con frases de rechazo a los supremacistas blancos que están atacando de manera violenta a la comunidad inmigrante.
Bajo la luz de una vela, la diversidad existente en la comunidad de Long Island dejó un precedente marcado por líderes y representantes de diferentes comunidades, quienes hicieron un llamado a las autoridades para exigir estándares altos de seguridad en lugares públicos, además de respeto y políticas fuertes para el control de las armas.
El tiroteo en El Paso, Texas, es el mayor atentado contra latinos en la historia de Estados Unidos. Patrick Crusius, de 21 años, llevó a cabo su ataque en esta ciudad fronteriza con México en la que 8 de cada 10 habitantes son de origen hispano.
“El creciente sentimiento de odio antiinmigrante debe acabar”, así lo manifestaron los asistentes a la vigilia, quienes además alertaron a las agencias de inmigración que la separación de las familias, está desencadenando enfermedades como la depresión que conlleva al suicido, como el caso reciente de Heydi Gámez, la jovencita hondureña de Brentwood, que no logró volver a ver a su padre, luego de que fuera deportado.
Por su parte, Beverly Rivera-Drummond, de 69 años, líder comunitaria y residente de Central Islip, manifestó durante su intervención que tiene miedo y ansiedad de visitar cualquier lugar público.
El legislador Gonzalez mencionó que su distrito que comprende (Central Islip, Brentwood and North Bay Shore) es uno de los distritos que cuenta con más comunidad inmigrante y ahora mismo están dejando de recibir ayuda médica y están dejando de llevar a sus hijos a los controles, por miedo a que sus nombres aparezcan en los registros y de allí que puedan ser perseguidos.
Dulce Rojas, joven activista y organizadora de la organización SEPA Mujer, recordó el crimen de odio hacia Marcelo Lucero en el 2008, y llamó la atención de la comunidad para que se unan y acudan a las protestas pacíficas que se hacen en favor y defensa de los derechos de los inmigrantes.
Otros de los líderes asistentes a la Vigilia en Brentwood, NY, fueron la Hermana Rosalie Carven, de Sister’s of St. Joseph; Khudeja Ellahi, profesora y miembro de the Bayshore Mosque; Anita Halasz, directora ejecutiva de LI Jobs With Justice; e Irma Solis, directora de NYCLU, Capítulo de Suffolk.
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