Un grupo de 39 senadores demócratas pidió hoy a la secretaria interina de Seguridad Nacional (DHS), Elaine Duke, que no use los datos personales de los jóvenes indocumentados conocidos como «dreamers» («soñadores») para deportarlos.
«El Gobierno de EEUU se comprometió con estos jóvenes a que la información que proporcionasen no se utilizaría en su contra o contra sus familias (…), y la gente que solicitó el programa DACA confió en este seguro para postularse», apuntan los senadores en una carta dirigida a Duke.
Los legisladores muestran «preocupación» por unas declaraciones de Duke ante el comité de Seguridad Nacional de la Cámara baja, donde dijo que no podía prometer que la información de la base de datos del programa Acción Diferida (DACA) no terminase en manos de las autoridades migratorias (ICE).
En la misiva, los senadores piden a la secretaria interina del DHS, que reemplazó al general John Kelly cuando este fue nombrado jefe de gabinete de la Casa Blanca, que detalle el número y los casos de beneficiarios del DACA cuya información ha terminado ya en manos del ICE.
«Como consecuencia de la decisión de la Administración de dar por terminado el DACA, cientos de miles de personas que confiaron al Gobierno de EEUU una gran cantidad de información personal detallada sobre ellas y sus familias viven con miedo», aseguran.
La carta está suscrita por una mayoría de senadores demócratas, entre ellos Elizabeth Warren, Bernie Sanders, Robert Menendez o Catherine Cortez Masto, así como por tres de los líderes demócratas en la Cámara de Representantes.
Se trata de Michelle Lujan Grisham, líder del Caucus Hispano; Cedric Richmond, líder del Caucus Negro, y Judy Chu, líder del Caucus Asiático.
Los datos de los «soñadores» fue uno de los asuntos peliagudos de los últimos días del Gobierno del anterior presidente, Barack Obama, ya que cerca de un centenar de congresistas demócratas y algunas organizaciones pidieron medidas concretas para que el entonces presidente electo, Donald Trump, no pudiera utilizarlos con fines de deportación.
Sin embargo, el secretario de Seguridad Nacional saliente, Jeh Johnson, se limitó a pedir por carta a Trump que «cumpliese» el compromiso del Gobierno con estos jóvenes y que mantuviese esa discreción, que había sido una «constante» durante «décadas».
Fueron cerca de 800.000 los jóvenes indocumentados que desde 2012 se acogieron al programa DACA, recientemente eliminado por Trump, y que dieron todo tipo de información personal en el proceso.
El programa, promovido por Obama, protegió de la deportación y otorgó permisos a estos jóvenes indocumentados, que llegaron de niños al país y a los que se conoce como «soñadores» o «dreamers».
Trump suspendió el programa a principios de septiembre, pero dio seis meses al Congreso para encontrar una alternativa.
La Casa Blanca negocia ahora con líderes demócratas para aprobar una ley que dé una nueva cobertura legal a los «soñadores» a cambio, posiblemente, de incluir financiación para la contratación de más agentes migratorios.