Sergio Pineda es un inmigrante centroamericano que tuvo el valor de relatar la razón por la cual cruzó la frontera para llegar a Estados Unidos.
Él contó su historia a un grupo de personas y profesionales que llegaron hasta las instalaciones del Templo Beth El en Huntington, convocados por la organización de Comunidades en contra del Odio en Long Island (L.I.I.C.A.H., por sus siglas en inglés) para conocer de cerca los problemas que enfrentan actualmente los inmigrantes, con el objetivo común de demostrar que el “odio no tendrá lugar en Long Island”.
Pineda, relató que decidió venir a este país por problemas graves y que cuando llegó se sintió a salvo, hecho que ahora ha cambiado porque al no tener un estatus legal en el país se siente en peligro.
“Sé que la mayoría está aquí para aprender de nuestra situación y ayudarnos”, dijo Sergio al público que le escuchaba atentamente al manifestar que no entiende porqué un ser humano que se comporta bien no merece vivir en cualquier lugar del mundo.
“Desafortunadamente, muchas personas están sufriendo de estrés: madres que no pueden dormir e hijos preocupados de que deporten a sus padres”, recalcó Pineda y en medio del clima de discriminación que él siente, comparó poniendo de ejemplo cómo los adultos no pueden ser como su hijo, que cuando va con su papá a la lavandería o la tienda, en cinco minutos se convierte en amigo de otro niño sin importar el color de piel que tenga.
Hacemos la diferencia
Sin embargo, Santiago no está solo, la Red de Respuesta Rápida de Huntington le está asesorando legalmente. “Nuestro propósito es mantener las familias unidas. Apoyamos y tratamos de encontrar los mejores servicios para los inmigrantes indocumentados”, destacó Renee Bradley, directora de la organización.
La Red se dedica a proporcionar asistencia legal y de traducción a inmigrantes que han sido arrestados o en proceso de deportación. “Cuando son deportados continuamos representándolos buscando la manera en que ellos regresen”, señaló Bradley.
La Red no solo ayuda a familias en Nueva York, también en El Salvador y Nicaragua. Han hecho alianzas legales claves con la Coalición de Nuevos Santuarios de Nueva York y la Unión de Libertades Civiles con quienes actualmente trabajan en llegar a padres de hijos que han sido arrestados y deportados.
“Nos preocupa la relación que hay actualmente en Long Island entre la policía y ICE, rama investigativa del Departamento de Seguridad Nacional y por eso hacemos un llamado a líderes locales para que les presten atención a este problema”, enfatizó Bradley.
Líderes que como las directivas del Templo Beth El en Huntington escucharon y por eso el 24 de mayo declararon su templo como un santuario de inmigrantes en Long Island. “Los judíos también fuímos víctimas de mucha persecución y no podemos olvidar nuestro pasado y dejar de ayudar a tantos inmigrantes que hoy están siendo perseguidos”, destacó Nanci Weber, directora del Templo.
25 Santuarios en Nueva York
Juan Carlos Ruiz, co fundador de La Coalición de Nuevos Santuarios de Nueva York, indicó la importancia de proteger a los inmigrantes que han recibido orden de deportación, ahora más que nunca cuando el país está bajo la administración de un presidente que revivió el odio.
“Ese odio ha dado licencia a muchos abusos y tenemos que trabajar unidos para no permitirlo”, advirtió Ruiz.
De acuerdo al funcionario, la Coalición cuenta en la ciudad de Nueva York con 25 santuarios, los cuales son iglesias o templos de diversas religiones y un total de 300 en todo el país.
“Es bueno saber que ahora los inmigrantes en Long Island tienen un santuario donde las personas en peligro se puedan refugiar y recibir ayuda”, puntualizó Ruiz e insiste que han recibido muchos casos remitidos de Long Island, el 42% de casos de deportación en todo el estado de Nueva York desde que empezó la Administración Trump.
- Más de Long Island : “No más odio, no más miedo”, dura protesta contra Trump en Long Island