El 9 de septiembre del 2019 el TPS (Estatus de Protección Temporal) llegará a su fin, dejando a más de 400,000 personas beneficiadas con este programa inmigratorio y que viven en los Estados Unidos, sin poder protegerse de una inminente deportación, debido a la dura política antiinmigrante implementada por la Administración Trump.
La situación tiene a los portadores del TPS en una angustia constante. Por esta razón el pasado viernes Omar Henríquez, de la Red Nacional de Jornaleros, se reunió con diferentes líderes hispanos de la comunidad y con personas que tienen TPS para orientarles y pedirles que no entren en pánico, y que mantengan su lucha por un estatus legal, es decir por la residencia permanente en EE.UU.
En este evento informativo llevado a cabo en la agencia C.A.S.A., en Hempstead, Nueva York, se explicó la importancia del TPS, designado para los inmigrantes que no pueden regresar a sus países de origen debido a un conflicto armado, a desastres naturales, a epidemias u otras condiciones extraodinarias y temporales.
Los beneficios del TPS son proteger de la deportación a los inmigrantes que ya viven en EE.UU., darles autorización de empleo (EAD) y concederles autorización para viajar fuera del país. Cabe señalar que el TPS es un programa temporal que no permite acceso a la residencia permanente ni a ningún otro estatus migratorio.
¿Nos van a dejar quedar aquí?
Mientras Henríquez explicaba todos estos detalles a la gente, el señor Josué Piche, un padre de familia de 44 años que vive en la localidad de Port Washigton, preguntó: “¿Una vez que esté vencido el TPS, nos van a dejar quedar aquí, en EE.UU.?” …
“Si luchas, quizás no tengas el 100% pero a lo mejor al final obtengas el 1%, es que a ciencia cierta no sabemos lo que va a suceder, pero sí les puedo decir que su esfuerzo va incidir en los resultados”, fue la respuesta que dio el cónsul de El Salvador en Long Island, el Licenciado Miguel Alas Sevillano, quien motivó a todos a insistir, luchar y no dejarse vencer por el miedo.
Influyen en la economía
“Quiero enfatizar que los titulares del TPS influyen en la economía de los Estados Unidos en el 88.5%, es una tasa más alta que cualquier otro grupo de inmigrantes, en comparación con personas naturalizadas, documentadas o inducumentadas)”, dijo Henríquez.
Por su parte, Miguel Flores, organizador del comité pro- residencia de Riverhead indicó, “Al final de cada túnel hay una luz de esperanza. Los muchachos que nacieron aquí no pueden ser separados de sus padres, hay una demanda dirigida al 9no. circuito”.
A su turno, Gladys Morales, del comité pro-residencia de Hempstead, condado de Nassau, afirmó, “Es importante que la gente apoye el movimiento a favor del TPS, ya sea con su presencia en las reuniones informativas o económicamente”.
En tanto, el joven Joshué Piche, de 17 años y nacido en Nueva York de padres salvadoreños, nos confesó con temor, “He viajado al El Salvador, es bonito pero no quiero vivir allá … Siento miedo que si mis padres llegan a ser deportados no voy a poder seguir mis sueños en este país, ya que mis padres son mi soporte”.
Este es el testimonio de un muchacho estadounidense quien también sería una víctima directa de la finalización del TPS tal como lo ha decido el actual gobierno del presidente Trump.
El bus de la justicia
En junio del 2017 las personas con TPS provenientes de Haití, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Nepal se reunieron en Washigton D.C. y crearon la Alianza Nacional de TPS, compuesta y dirigida por los mismos portadores de este beneficio que les permite vivir y trabajar en los Estados Unidos.
Ellos fueron apoyados por CARECEN, Los Ángeles, NDLON (National Day Laborer Organizing Network) y la Red Nacional de Jornaleros.
Durante estos meses de angustia al saber que peligra la presencia en EEUU de cientos de miles de inmigrantes, se han creado estrategias a favor del TPS, como por ejemplo “El bus de la justicia”, que va viaja desde diferente estados como Boston, California, etc, con la misión de educar sobre sus derechos a la gente con TPS y guiarlos en el proceso de lucha por la residencia permanente.
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