Time elige Personas del Año a quienes alzaron la voz contra el acoso sexual

Fotografía cedida por la revista Time Inc., que muestra la portada de la revista con la Persona del Año, en Nueva York.

Las integrantes del movimiento #MeToo, que en los últimos meses han lanzado una intensa campaña contra los abusos sexuales, fueron elegidas este año como Personas del Año de la revista estadounidense Time.

La publicación consideró que quienes han roto el silencio en este tema desde distintos ámbitos han dominado la atención durante este año, y han conseguido que la sociedad deje de ver como «aceptable» lo «inaceptable», aseguró el editor en jefe de la revista, Edward Felsenthal.

En la portada de la próxima edición impresa de la revista, adelantada hoy por Time, figuran mujeres famosas, como la actriz Ashley Judd y la cantante Taylor Swift, pero también otras que han llevado su lucha de una forma privada, como la trabajadora agrícola Isabel Pascual.

También aparece el brazo de una persona que, según Time, es de una trabajadora de un hospital que optó por denunciar su caso desde el anonimato para evitar ser señalada en su pequeña comunidad en Texas.

«Tenemos que formalizar la red de susurros (…). Todas las voces tienen que ser amplificadas. Ése es mi consejo a las mujeres», sostiene en la edición digital de la revista Ashley Judd, una de las actrices que denunció al productor de Hollywood Harvey Weinstein.

El caso de Weinstein desató en octubre pasado una ola de denuncias contra otras figuras del cine que se extendió a los medios de comunicación y a círculos políticos, en muchas ocasiones por casos que se registraron hace años y se mantuvieron en silencio.

Felsenthal destacó que esta oleada de denuncias se ha convertido en uno de los giros más rápidos en la atención pública de Estados Unidos en medio siglo.

El actor Kevin Spacey, el comediante Louis CK, los presentadores de televisión Charlie Rose y Matt Lauer, y políticos como el demócrata Al Franken o el republicano Roy Moore son algunas de las figuras salpicadas por las revelaciones de estas últimas semanas.

«Por haber hablado alto y claro sobre lo que era un secreto a voces, por haber convertido las redes de susurros en redes sociales y por habernos empujado a todos a dejar de aceptar lo inaceptable, las que han roto el silencio son las Personas del Año», dijo Felsenthal.

Entre los candidatos de este año para ser elegidos Persona del Año se encontraban el presidente Donald Trump, que ya lo fue en 2016, así como los gobernantes de China, Xi Jinping, y de Corea del Norte, Kim Jong Un.

La activista Tarana Burke creó el movimiento #MeToo en 2006, pero el hastag no se hizo mediático hasta hace pocos meses, cuando la actriz Alyssa Milano lo recuperó.

«Si alguna vez has sido sexualmente asaltada o acosada, escribe un ‘yo también’ como respuesta a este tuit», escribió Milano antes de irse a dormir.

Al día siguiente, se despertó con 30.000 respuestas y un fenómeno viral en ciernes y, a partir de ahí, entabló una amistad con la creadora de la iniciativa.

Al anunciarse la elección de Time en un programa de la cadena NBC, Tariana Burke reconoció que «nunca podría haber soñado con algo que cambiase el mundo». «Yo solo intentaba cambiar mi comunidad», agregó.

La revista Time entrevistó a docenas de mujeres que han sufrido acoso sexual en su trabajo, incluidas estrellas de cine, limpiadoras de hoteles, dependientas, programadoras de Sillicon Valley o trabajadoras agrícolas.

Entre las entrevistadas está Taylor Swift, que habló públicamente por primera vez desde que ganó la demanda que interpuso contra el DJ David Mueller, que la manoseó durante un concierto.

«Cuando testifiqué, tuve que ver cómo el abogado de ese hombre humillaba, importunaba y acosaba a mi equipo, incluida mi madre», denunció la cantante.

La trabajadora de un hotel, Juana Melara, relató a la revista cómo durante décadas ha sentido la «mirada» lasciva de los huéspedes mientras limpiaba sus habitaciones y que, en una ocasión, uno de ellos la encerró y le enseñó su pene erecto.

Tanto ella como muchas más son para Time la chispa que impulsó una «revolución» y que ahora debe dejar paso a un «cambio social» profundo.