El Gobierno de Donald Trump puso hoy fin a un programa que permitía solicitar estatus de refugiado a niños y jóvenes inmigrantes que huyen de la violencia en Centroamérica, puesto en marcha por su predecesor, el expresidente Barack Obama, en 2014.
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) emitió la notificación por la que, bajo ciertos requisitos, menores y jóvenes que alegasen y demostrasen necesitar huir de casos de violencia en sus países (Guatemala, El Salvador y Honduras) podrían obtener permiso para ingresar a Estados Unidos, vivir y trabajar temporalmente.
El Departamento indicó que la decisión de poner fin al programa, conocido como Libertad Condicional, forma parte de la orden ejecutiva del presidente Trump emitida en enero en materia migratoria, y por la que ordenaba a los funcionarios ejercer de manera mucho más selectiva su autoridad para admitir a los inmigrantes fuera de los canales legales normales.
El multimillonario ha tratado de contener el alto flujo de jóvenes inmigrantes centroamericanos al intensificar la aplicación de las leyes migratorias en el país, incrementando la búsqueda y la detención de los padres de los menores que se encuentren en el país.
«(El programa) Libertad Condicional sólo se expedirá caso por caso y sólo cuando el solicitante demuestre una razón humanitaria urgente o un beneficio público significativo para la libertad condicional y que el solicitante merece un ejercicio favorable de discreción», dijo el departamento en su anuncio.
Bajo la Administración de Obama, el programa se estableció como una manera de lidiar con una incesante oleada de niños de El Salvador, Honduras y Guatemala que llegaban a la frontera sur solos, sin la compañía de adultos.
Aunque entonces el Gobierno también intentó disuadir a los padres de los pequeños de enviarlos a un viaje tan peligroso, el programa puso de manifiesto que pese a los esfuerzos, los menores continuaban llegando a la frontera.