El Gobierno de Donald Trump anunció haber decidido poner fin a los subsidios otorgados a las aseguradoras de cobertura sanitaria amparados en la actual ley de salud, lo que supone un gran revés para los mercados sanitarios.
«Con base a la orientación del Departamento de Justicia, el Departamento de Salud y Servicios Humanos ha llegado a la conclusión de que no hay fondos para los pagos de reducción de costes compartidos con las compañías de seguros bajo Obamacare», anunció la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Huckabee Sanders, en un comunicado.
«A la luz de este análisis, el Gobierno no puede legalmente hacer los pagos de reducción de costos compartidos. La Cámara de Representantes de Estados Unidos demandó a la Administración anterior ante un tribunal federal por hacer estos pagos sin tal asignación, y el tribunal acordó que los pagos no eran lícitos», argumentó.
Esta medida se suma a la orden ejecutiva firmada hoy por el magnate para relajar algunos de los requisitos de Obamacare y empezar por su cuenta el desmantelamiento de esa ley de salud promulgada por su predecesor, Barack Obama, tras sucesivos fracasos republicanos para aprobar una nueva reforma en el Congreso.
Pese a que la derogación y sustitución de Obamacare fue una de las promesas de campaña de Trump, hasta ahora los republicanos no han sido capaces de aprobar una nueva ley de salud en el Congreso aunque que tienen el control de ambas cámaras.
Según alegó la portavoz, «el rescate de las compañías de seguros a través de estos pagos ilegales es otro ejemplo más de cómo la administración anterior abusó de los dólares de los contribuyentes y evitó la ley para apuntalar un sistema roto».
Las subvenciones, que tienen un valor estimado de 7.000 millones de dólares este año y se pagan en cuotas mensuales, pueden detenerse casi de forma inmediata ya que el Congreso no ha aprobado fondos para el programa.
Los expertos auguran que esta supresión de los fondos suponga un fuerte golpe para los ya frágiles mercados de Obamacare, pero el impacto podría ser menos severo de lo que hubiera sido hace unos meses.
Muchas aseguradoras habían tasado los planes del próximo año por lo alto, temiendo que Trump confirmara su amenaza de retirar la financiación, culminada hoy.
Algunos funcionarios estatales también tomaron medidas para aislar sus mercados en previsión del movimiento, y estados como California ya anunciaron medidas para estabilizar los precios de las pólizas ante este posible escenario.
Ante el anuncio de la Casa Blanca, los líderes demócratas del Congreso, Nancy Pelosi, de la Cámara de Representantes; y Chuck Schumer, del Senado, lamentaron y condenaron la postura del magnate.
«Lamentablemente, en lugar de trabajar para reducir los costos de salud de los estadounidenses, parece que el presidente Trump aumentará las primas de salud sin ayuda de nadie», apuntaron en un comunicado conjunto.
«Es un acto rencoroso de sabotaje vasto y sin sentido dirigido a las familias trabajadoras y la clase media en todos los rincones de EEUU. No se equivoquen al respecto, Trump tratará de culpar a la Ley del Cuidado de Salud Asequible, pero esto recaerá sobre sus espaldas y pagará el precio por ello», agregaron.
Los demócratas, que se han ofrecido en varias ocasiones a negociar una reforma bipartidista, insistieron en que la decisión del magnate llega ante su incapacidad de derogar y reemplazar el actual sistema de salud, como había prometido en campaña, por lo que quiere dinamitarlo desde dentro.