Las acciones que tomaron el presidente, Donald Trump, y el Congreso apuntan a que el cierre parcial de la Administración durará hasta principios de 2019, como mínimo, cuando los miembros del Senado volverán a reunirse para abordar la cuestión.
«El presidente (Trump) no quiere que el Gobierno permanezca cerrado, pero no firmará una propuesta que no priorice primero la seguridad de nuestro país», indicó la Casa Blanca en un comunicado, después de que el propio Trump cargase contra los demócratas por no apoyar la construcción de un muro fronterizo con México.
La oficina presidencial argumentó que Trump y su equipo «se quedaron en Washington durante la Navidad con la esperanza de negociar un pacto para reabrir la Administración», pero recriminó a los demócratas que «decidieran irse a casa».
La actitud inamovible de Trump ha chocado desde hace días con el Senado, que no ha logrado alcanzar un pacto que satisfaga al mandatario y que, por ende, reabra las partes de la Administración que han cerrado.
La clausura del Gobierno federal es parcial porque tres cuartas partes de la Administración -incluido el Pentágono- tienen fondos hasta septiembre de 2019.
No obstante, la parálisis afecta a agencias de diez departamentos del Ejecutivo, incluyendo Transporte y Justicia; así como a decenas de parques nacionales, que suelen ser una gran atracción turística.
El cierre afecta a 800.000 de los 2,1 millones de trabajadores federales, que no cobrarán mientras permanezca cerrado el Gobierno y están a expensas de la aprobación de un presupuesto.
De hecho, la Oficina de Gestión de Personal (OPM, por su siglas en inglés) del Ejecutivo envió cartas a sus empleados para que puedan justificar sus impagos de créditos, hipotecas o alquileres que puedan surgir por culpa del cierre parcial de la Administración,
La agencia gubernamental proporcionó una misiva de muestra a los trabajadores afectados para que puedan comunicarse con las entidades que esperan un pago regular y explicarles que no pueden hacerse cargo hasta que no cobren su nómina.
El cierre de la Administración se prolonga así hasta enero, cuando los demócratas, gracias a su nueva mayoría, tienen previsto asumir el control de la Cámara Baja y podrían aprobar una financiación de la Administración sin destinar fondos para el muro anhelado por Trump.
Este es el tercer cierre que afronta Trump desde que llegó al poder a principios de 2017. El primero se produjo en enero de este año, coincidiendo con su primer aniversario en la Casa Blanca, y se alargó durante tres días; mientras que el segundo fue en febrero y duró apenas unas horas.
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