El veterano de Afganistán Christopher Roybal es una de las al menos tres víctimas mortales de origen latino que fallecieron este domingo en el tiroteo de Las Vegas (Nevada), en el que fallecieron 59 personas, indicaron hoy medios locales.
Roybal, de 28 años, celebraba en el festival de música country Route 91 Harvest su cumpleaños cuando fue abatido por un disparo en el pecho por Stephen Paddock, quien supuestamente tiroteó desde el hotel Mandalay Bay de Las Vegas contra los asistentes del concierto.
El hispano, quien regresó ileso tras permanecer cinco años en Afganistán como miembro de la Marina de Estados Unidos, fue al concierto acompañado de su madre, Debbie Allen.
Ella aseguró a Univision que al no recibir llamada de su hijo empezó a presentir que se encontraba entre las víctimas de la masacre.
El veterano de guerra, originario de Corona, California, precisamente escribió hace tres meses en Facebook, en su último mensaje en esta red social, sobre qué se siente al ser disparado.
«Es una pesadilla, no hay cantidad de drogas, ninguna cantidad de terapia y ninguna cantidad de conversaciones alcoholizadas con tus amigos veteranos de guerra que te permitan escapar nunca», explicaba entonces.
Otra de las víctimas latinas de la peor matanza por arma de fuego en la historia reciente de EEUU es Lisa Romero Muñiz, que residía en el estado de Nuevo México y trabajaba para el departamento escolar del condado de Gallup desde 2003.
El responsable de este departamento, Mike Hyatt, explicó que la hispana era una amiga «increíble, cariñosa y sincera.
«Ella era extrovertida, amable y considerada, echaremos de menos todos estos atributos», dijo Hyatt sobre Romero Muñiz, que dejó marido, hijos y nietos.
Su muerte generó un buen número de reacciones en las redes sociales por parte de estudiantes de las tres escuelas en las que trabajó.
Angela Gómez, de 20 años, es otra de la veintena de víctimas mortales de las que se conoce hasta el momento su identidad.
«Angie», como la conocían sus allegados, se graduó de secundaria hace dos años en California y trabajaba como asistente de enfermería.
El Distrito Escolar Unificado de Riverside, en el que estudió la hispana, explicó a través de Facebook que habían sido informados de que Gómez no pudo superar las heridas que sufrió durante el tiroteo.
Amigos y familiares de la joven pidieron donaciones para poder sufragar los costes de los funerales y, aunque el objetivo era de 10.000 dólares, lo recaudado supera ya los 55.000.