La Asociación de Comerciantes del Viejo San Juan cursará sendas cartas al presidente de EE.UU, Donald Trump, y al gobernador de Puerto Rico, Ricardo Rosselló, solicitándoles identificar los fondos necesarios para soterrar el servicio eléctrico en dicha zona tras las pérdidas estimadas en 60 millones y el cierre de una veintena de comercios en la principal área turística de la isla.
Según explicó hoy en un comunicado el portavoz de la organización, Juan Fernández, el propósito del pedido es por el hecho de que el Viejo San Juan no vuelva a vivir la experiencia de quedar a oscuras después de un desastre meteorológico, como ocurrió tras el paso de los huracanes Irma y María en septiembre pasado.
«Las pérdidas directas para el Viejo San Juan de todos los empresarios y dueños de edificios en este periodo son estimados en sobre setenta millones de dólares, sin contar la veintena de negocios cerrados para siempre y los aproximadamente doscientos empleos especializados perdidos y el daño sigue», aseguró Fernández.
«El aumento en perdidas seguirá durante las próximas semanas y meses, serán muy difíciles para todos. Solo con las pérdidas económicas directas se hubieran cubierto varias veces los costos de conectar a todos los abonados, a la instalación soterrada ya existente y eliminar la fea, vulnerable y peligrosa instalación aérea existente», agregó.
Fernández describió como «ofensivo» ver fotos aéreas de ciudades como Florencia en Italia, Pamplona en España o el centro de París, -todas ellas mil años mas antiguas que el Viejo San Juan-, «sin un solo cable, ni poste ni adefesio alguno y completamente soterradas y modernas en todos sus servicios».
Los comerciantes solicitaron además que se clamen por fondos federales para mitigación de desastres, de manera que FEMA cubra todos los gastos que apliquen y que la Autoridad de Energía Eléctrica contrate o subcontrate una compañía especializada para que lleve a cabo la instalación del servicio o la corporación pública lo haga.
«Hacerlo evitará que los inversionistas, empresarios y empleos se vayan del Viejo San Juan o rechacen invertir aquí. Hacerlo no es una opción. Es una obligación urgente», afirmó.
«Respetuosamente solicitamos que todos los abonados en Viejo San Juan sean conectados a la instalación soterrada que ya existe, y que no haya una sola conexión por aire y que ningún techo ni el Viejo San Juan presente la lamentable imagen de caos contracultural y anacrónico que presenta desde el aire», subrayó.