La reforma integral del sistema migratorio de Estados Unidos que promueve el presidente Joe Biden llegará en una semana al Congreso, donde los demócratas tienen mayoría en ambas cámaras, aunque los republicanos ya apuraron sus objeciones y pueden bloquear la legislación.
«La gran diferencia este año es que tenemos un presidente que desde el primer día de su gestión demostró que está dispuesto a emplear su capital político en busca de una solución permanente al problema de la migración», sostiene el senador demócrata Bob Menéndez, a quien se le ha encargado la conducción de la brega legislativa por la reforma migratoria en la Cámara alta.
A la espera de saber si el liderazgo de la Casa Blanca y el propio Biden es suficiente para conseguir los 60 votos necesarios en el Senado para sacar adelante la llamada «Ley de Ciudadanía de los EE.UU. de 2021», se preveé que se necesitarán el apoyo de al menos 10 senadores republicanos, y no será un camino sencillo, al contrario, se vislumbra una férrea lucha en el Congreso.
«Como tantos otros, he vivido y trabajado en este país durante décadas con Estatus de Protección Temporal (TPS). Durante la pandemia, he estado limpiando y desinfectando para proteger a quienes usan mi edificio, a pesar de que tengo asma», confiesa María Elena Hernández, trabajadora de limpieza que pertenece a la unión 32BJ, el sindicato con mayoría de miembros inmigrantes que ahora reacciona con esperanza a las audaces acciones de inmigración de la Administración Biden para unificar la nación.
«Los inmigrantes como yo le damos a este país tanto como podemos, y estoy muy feliz de que el presidente Biden proponga un camino hacia la ciudadanía para las personas con DACA y TPS, para terminar con nuestro limbo. Gracias a nuestra lucha en las elecciones, ahora tenemos un presidente que está trayendo nueva luz a nuestras vidas y nuevas esperanzas para un país mejor».
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